A. FERNÁNDEZ / R. VALLE

El comercio, la hostelería, el reparto de mercancías, el vecindario y la oposición municipal echan chispas con los retrasos de la obra del colector que atravesará la calle del Marqués de San Esteban para conectar el pozo de tormentas, bajo el Museo del Ferrocarril, con la red de la Empresa de Aguas (EMA). Ayer tenía que acabar la primera fase de los trabajos, pero no fue así. La maquinaria, los obreros y las vallas siguen en la vía hasta su entronque con Pedro Duro.

Y si los vecinos protestan a pie de obra, el concejal Pablo Fernández (PP) dio la voz de alarma sobre una obra «marcada por los sobrecostes, la desorganización y los retrasos», y exige explicaciones. Fernández denunció que el consejo de administración de la EMA aprobó en su última reunión un aumento de casi el 20 por ciento (máximo legal permitido) en el coste final de los trabajos. Este aumento de 1,5 millones supone, según el edil, «que el coste final pasa a 11,177 millones, casi dos mil millones de pesetas». El plazo inicial de dieciséis meses se ha prolongado a veintidós.

La EMA explicó ayer que el modificado responde a la necesidad de aprovechar una losa para la construcción de un aparcamiento subterráneo que no afecte al pozo de tormentas, la construcción de las pantallas de obra con hidrofresa, asumir las modificaciones de tráfico y realizar una campaña de sondeos entre el museo y Pedro Duro. La EMA dice que así se facilita la seguridad de las obras en una zona de complejidad geológica y que mejora el plan inicial con un aparcamiento en la planta superior del pozo de tormentas.