J. L. A.

La primera autopista del mar entre puertos atlánticos del norte español y de la fachada occidental francesa, una de la alternativas de la Comisión Europea a los graves problemas que ofrece el movimiento de mercancías por carretera, tiene que garantizar en su primer año de funcionamiento un transporte de, al menos, 25.000 camiones (o sus remolques) y cuatro salidas semanales de buques. Es una de las razones por las que la comisión intergubernamental hispano-francesa estudia, pendiente de concretar algunos detalles, la adjudicación conjunta de esa nueva conexión a las navieras que proponen como puertos de salida los de Gijón y Vigo, en España, y el de Saint-Nazaire, en Francia, explicaron fuentes conocedoras del proceso para resolver el concurso.

La mayoría de los expertos en logística coincide en que el principal problema de una autopista del mar, fundamentalmente en el primer año de entrada en servicio, es el de garantizar carga para hacer rentable el enlace. Fue lo que ocurrió, por ejemplo, en el Báltico y en el Mar del Norte tras la alternativa que propuso la Comisión Europa en su Libro Blanco de Transportes, que presentó en septiembre de 2001. La oferta que incluye El Musel, defendida por las importantes navieras GLD Lines, en la que participan la italiana Grimaldi y la francesa Louis Dreyfus, y CMA-CGM, tiene una doble ventaja: la centralidad de la dársena de Gijón en el Cantábrico y la solvencia de las operadoras. La propuesta de Acciona Mediterránea para Vigo, con aportaciones de tráficos de Le Havre y Algeciras, tiene a su favor que ya dispone de un movimiento consolidado con Saint-Nazaire en las proximidades de Nantes: el de vehículos y componentes de la factoría PSA Peugeot Citroën.

La suma de tráficos de los dos puertos españoles, más los de la citada dársena francesa, podría hacer viable una autopista marítima cuyo concurso fue cuestionado, precisamente, por la patronal de las navieras españolas (Anave) debido a sus altas exigencias. Hay que tener en cuenta que esta conexión, pensada para descongestionar las carreteras pirenaicas, tiene unas subvenciones de unos 30 millones. La comisión hispano-francesa quiere una adjudicación compartida y descarta la tercera oferta, la de Brittany Ferries, para unir Santander y La Rochelle. Falta saber ahora cómo va a concretar una decisión que parece gustar a los responsables portuarios de Gijón y Vigo.