A. R. L

Varios miembros de la familia Uría se echaron a la calle el pasado viernes para marcar los límites. Quieren que el Ayuntamiento les devuelva o indemnice el suelo cedido hace más de 150 años para el fielato. Por ello cortaron una parcela de 368 metros cuadrados en la calle Magnus Blikstad.

La familia Uría tiene varias sentencias judiciales a su favor desde 1971. Una lucha que se inició hace siglo y medio, cuando sus antepasados cedieron el uso de estos terrenos al Ayuntamiento para la instalación de una oficina a la entrada de la ciudad en la que se debía recaudar el antiguo impuesto de consumos entre los ambulantes.

Tras establecer en el acuerdo inicial que esa parcela pertenecía a la familia Uría, el Consistorio gijonés comenzó a edificar en la zona sin abonar el precio a la familia Uría Cascat. Ahora, esta historia familiar reclama la propiedad de esta parcela en la calle esgrimiendo varias sentencias judiciales que les dan la razón. Exigen responsabilidades al Principado y al Ayuntamiento con la intención de evitar lo que califican como «usurpación de la propiedad del suelo». Todo ello, por una herencia dejada por Josefa Díaz Quirós y Bernardo Uría.