J. M. CEINOS

La Confederación Hidrográfica del Norte de España fue creada el 16 de marzo de 1961 y su ámbito de actuación comprende Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra y amplias zonas del norte de Castilla y León, con la gestión directa de más de 670 cursos de agua que desembocan en el mar. El avilesino Jorge Marquínez García, que es profesor titular de la Universidad de Oviedo y ha sido director general de Recursos Naturales del Principado de Asturias, está al frente del organismo, con sede en La Fresneda (Siero), que próximamente se verá dividido en dos demarcaciones: la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (Galicia), con sede en Orense, y la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, con sede en La Fresneda.

-¿Qué opina de la división?

-El modelo que se busca ahora puede suponer una mejora sustancial en la gestión al aproximar el organismo a la gente. Los ciudadanos ahora están muy bien informados y requieren muy buenas justificaciones técnicas para cada decisión que se toma, por ello la segregación será una oportunidad para mejorar fuertemente la gestión del agua en el norte de España, pero hay que hacerlo bien.

-¿En el norte de España tenemos problemas de agua?

-Quien da el abastecimiento tiene que trasladar a la población que el agua es un bien escaso, que hay que cuidarlo y, además, que hay que usarlo y luego devolverlo limpio. El precio del agua es inadecuado y tiene que incorporar también los costes de depuración y los costes ambientales inducidos, que son muchos. No seré concejal nunca, pero, si lo soy, prometo solemnemente que no me opondré a las propuestas que haya de subida del agua, aunque las haga la oposición; pero el problema de estas decisiones es que, como son incómodas políticamente, nadie quiere adoptarlas.

-Alertó usted de que cada vez estamos ocupando más suelo inundable (las riberas fluviales) y que es muy peligroso. En Gijón, la Confederación está a punto de ultimar el parque fluvial del río Piles, ¿puede haber problemas de inundaciones en aquella zona de Gijón, que en los últimos años tuvo un gran crecimiento urbanístico?

-El parque es muy amplio y recoge una gran parte de la zona inundable que quedó incorporada como un espacio público, pero el hecho de que se inunden los parques públicos no me preocupa y sabemos que aquélla es una zona inundable, que no significa que no la podamos utilizar. Lo fundamental es que se ha liberado ese espacio de futuros desarrollos urbanos y el río tiene ahí un espacio que puede ocupar durante las crecidas sin ningún problema, otorgando, además, más seguridad a la zona baja del Piles (desembocadura). El parque servirá para gestionar mejor las crecidas y no pasa nada si se inunda y se estropean un poco los bancos; lo fundamental es que estén protegidas las viviendas.

-El concejo de Gijón tiene una alta ocupación industrial, ¿los vertidos industriales a los ríos son preocupantes?

-Así como la tipología de los vertidos urbanos es más o menos estable, los industriales no se arreglan con un colector y llevándolos a una depuradora; lo primero que hay que garantizar es que las industrias lo que metan en el colector sea asimilable a un vertido urbano y, si no es así, hay que exigir a las industrias que ese vertido lo traten, es decir, no se puede dejar a las industrias conectarse a los colectores sin un control de la naturaleza de sus vertidos, y así lo estamos haciendo ahora, con arqueta exterior fuera de las industrias, de forma que la autoridad competente pueda verificar el vertido sin tener que pedirle la llave a nadie.

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