La fiesta de San Jorge en Cataluña goza de gran tradición y participación populares. El libro y la rosa conviven en armonía festiva. La gijonesa Fundación de Cultura ha optado en el 23 de abril por retomar la idea y en el Botánico de Cabueñes regalaban libros, y en las bibliotecas públicas, flores. Lo más alejado suele provocar un especial encanto frente a lo cercano, que se minusvalora, cuando no se ignora con aviesa intención. Si de libros se habla, un ejemplo cercano está en Somió. Félix de Azúa explicaba ayer en Radio Cataluña, en un muestreo entre críticos y escritores, que a su juicio «el libro del año» era la última obra de Jesús del Campo, «Castilla y otras islas». Como lo leen. Y Jesús del Campo dedicó su fiesta de San Jorge, además de a leer y a escribir, a correr por el Grupo, como un día más.