J. M. C.

Las dos manifestaciones celebradas ayer en Gijón con motivo del Primero de Mayo, bajo un sol radiante, tuvieron la sombra alargada de la desaceleración/crisis económica como principal motivo de crítica. Unas tres mil personas, según cifras de los organizadores, marcharon desde El Humedal hasta el Náutico convocadas por los sindicatos Corriente Sindical de Izquierda (CSI), Confederación General del Trabajo (CGT) y Sindicato Unitario y Autónomo de Trabajadores de la Enseñanza de Asturias (SUATEA).

En el Náutico, Marco Antuña, que fue presentado como «trabajador represaliado», fue el encargado de leer el comunicado conjunto de las tres centrales convocantes. «Celebramos este Primero de Mayo tras una reforma laboral y una reforma de la Seguridad Social que firmaron los sindicatos mayoritarios, la patronal y el Gobierno del PSOE», comenzó Antuña, unas reformas que «rebajaron los derechos de los trabajadores y jubilados». Y todo ello sucedió, según CSI, CGT y SUATEA, «con lo que ellos denominaban bonanza y crecimiento económico, basados en la especulación urbanística, o sea, en el ladrillo y en el consumo; el ladrillo lo corrompió todo». Pero ahora, en plena crisis inmobiliaria, «que ellos llaman desaceleración económica, las reformas y recortes que nos esperan en materia de pensiones, de Seguridad Social y laboral van a ser muy importantes si los trabajadores no salimos a la calle».

Las perspectivas, por tanto, en opinión de las tres centrales convocantes de la manifestación, no son nada halagüeñas: «El número de parados lo sitúan en 2.300.000 y a finales de este año llegaremos a los 3 millones; además, todos dicen que el año 2009 será peor», mientras que «la carestía de la vida y el aumento de los precios de los productos de primera necesidad hacen que más de 2 millones de personas mayores vivan en el umbral de la pobreza».

Por su parte, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT-AIT) congregó a poco más de medio centenar de personas en su manifestación de ayer en Gijón, en la que se criticó el aumento de los precios y «los cuantiosos beneficios de una clase minoritaria».