C. JIMÉNEZ

La Universidad asturiana ha establecido contacto con el Aga Khan a través de la Universidad de Asia Central. Un proyecto interuniversitario auspiciado por la institución asturiana a través de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Gijón plantea estrechar lazos con un máster en logística en el que colaboran universidades de Alemania, Holanda y Suecia, además de la del Asia Central, avalada por la red de desarrollo del Aga Khan (Aga Khan Development Network).

El responsable de desarrollo institucional de esta universidad asiática, Latif Jina, visitó el campus gijonés para conocer el modelo universitario asturiano. La institución a la que representa está impulsada por el Aga Khan, la fundación liderada por uno de los inversionistas musulmanes más ricos del mundo, y aúna desde el año 2000, cuando empezó a funcionar, a tres estados: Kazajstán, Uzbekistán y Kirguizstán. Estos campus universitarios próximos al área caucásica están especializados en Artes Liberales y Ciencias. Sus titulados se gradúan en Ciencias o en Humanidades y próximamente ofrecerán un máster en Economía del Desarrollo.

Ésta es la primera universidad del mundo que se dedica exclusivamente a la pedagogía y la investigación en zonas y sociedades de montaña empobrecidas. Su objetivo es crear nuevas oportunidades y mejorar las condiciones de vida de los residentes en estos países.

La Universidad del Asia Central ocupa tres campus, en Korhogo, Tayikistán, especializado en el área medioambiental; en Tekeli, Kazajstán, centrado en el área de negocios, y en Naryn, en la República de Kirguizstán, vinculado a los estudios de gestión y políticas públicas, dice Jina, con el inglés como lengua oficial en la formación. El próximo año elegirán a su primer rector, «que tendrá vivienda en los tres campus». Ahora hay un director de origen canadiense con experiencias similares en otra universidad en Ucrania.

Para los líderes del Aga Khan el sistema europeo universitario es un modelo a seguir. Tras varios años en contacto con otras instituciones comunitarias han concluido que la única oportunidad que les queda para crecer pasa por «permeabilizar las fronteras». Actualmente se ven obligados a solicitar visados diferentes para acceder a cada uno de los tres campus de la Universidad del Asia Central. Latif Jina ve en Asturias «una experiencia interesante para exportar», por las posibilidades de explotación del medio rural y el desarrollo industrial que ha experimentado en los últimos años.

En las regiones del Asia Central los sueldos son muy bajos, y las posibilidades de desarrollo profesional, escasas. Por ello el acceso a los estudios universitarios se presenta como un balón de oxígeno para muchos jóvenes que anhelan salir del país. Las personas sin ningún grado de cualificación reciben un salario mensual de 100 euros. «En cuanto tienen algo de preparación suben muy rápido», apunta Jina. No obstante, la mayoría de las convocatorias para puestos cualificados suelen cerrarse desiertas. Las diferencias entre unas y otras clases sociales son extremas y mientras un ingeniero que trabaja para la Administración no supera los 100 euros mensuales, los que trabajan en la empresa privada y conocen varios idiomas pueden multiplicar por 20 esta cifra, todo un privilegio en regiones con unos niveles de desarrollo muy bajos.

Muchos jóvenes optan por emigrar a Rusia para buscar nuevas oportunidades profesionales. Las tasas de empleo oficiales en las regiones del Asia Central no superan el 15 por ciento. Aunque la población se encuentra muy apegada a sus raíces en la zona rural, lucha por salir al exterior.