A. RUBIERA

El Colegio Los Campos, antaño Grupo Escolar Héroes del Simancas, celebró ayer su 50.º aniversario. Y lo hizo con presencia de antiguos alumnos, como el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces; de madres de antiguas alumnas, como la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso; de maestros jubilados, como Luis Madiedo (ex director) o Maruja Álvarez, Juliana Gómez, Gloria Teijón, Segundo Álvarez...; y con alumnos de todas las décadas, como Celestino González, a quien con 8 años le tocó estrenar, en 1958, el entonces flamante colegio.

Como anfitriones y comité de bienvenida ejercían los miembros de la actual comunidad educativa de Los Campos, 27 docentes y 300 alumnos (de los más de 1.000 que llegó a tener la escuela en la década de los ochenta), que ayer sacaban pecho por el largo camino recorrido «y el que aún queda por andar», apuntaba una maestra.

Un camino, eso sí, que ya va por una etapa muy diferente de la del punto de partida y que en estos momentos tiene en la inmigración uno de los grandes factores de cambio del colegio. Al reto que supone esa integración, y el buen ejemplo que se constata en el centro gijonés, se refirió expresamente el presidente regional cuando recordó que de los 300 alumnos matriculados el 43% ha nacido fuera de España. Esa natural convivencia que se está produciendo en el Colegio Los Campos ha quedado perfectamente reflejada en el himno que para la ocasión estrenaron ayer los escolares, que dirigidos por la profesora de Música Nuria Morgado entonaron con orgullo un estribillo que decía: «¡Viva el Colegio Los Campos!, ejemplo de integración».

«Si estas paredes hablaran, nos narrarían cambios y transformaciones profundas, educativas y sociales, que son los cambios mismos de la ciudad de Gijón», indicó la directora del colegio, Miryam García. Esos cambios quedaban ayer más patentes que nunca cuando se abría un aula-museo en el colegio para celebrar el aniversario. Un aula equipada con pupitres antiguos, mobiliario de mediados del siglo pasado, libros históricos, juegos y juguetes, simbología religiosa y política de la dictadura, y con cuadernos de cuentas, libretas de dictados y hasta informes familiares y boletines de notas de las primeras épocas del colegio. También hubo momento para los testimonios orales, como el del maestro Manuel Martínez, quien reseñó lo que definió como «la hermosa y difícil tarea de la enseñanza».

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«Unión de culturas y razas / aunando un esfuerzo en común / nuestro Colegio Los Campos / desde la China a Perú. / Con nuestros compañeros / amigos para siempre / niños de otros países / con formas de vida diferente.

Todos juntos cantamos / la más alegre canción / ¡Viva el Colegio Los Campos!, / ejemplo de integración.

El Colegio Los Campos / es donde yo aprendí / a respetar a mis compañeros / y también a convivir. / Somos mejores personas / aprendemos de los demás / y si unimos nuestros sueños / pronto se cumplirán.

Todos juntos cantamos / la más alegre canción. / ¡Viva el Colegio Los Campos!, / ejemplo de integración».

Paz F. Felgueroso dejó escrito en el libro de honor: «Al Colegio Los Campos, con felicitaciones por sus 50 años de vida y su buen hacer en la formación y educación de nuestros niños y niñas, de lo que tengo constancia directa por haber sido dos de mis hijas alumnas de la década de los 70».

Vicente A. Areces: «Es un honor participar en el 50.º aniversario del Colegio Los Campos. Recordando con él mi propia historia escolar, pues ha sido, en su origen, mi primera escuela. Felicito al claustro y a toda la comunidad educativa por su excelente trabajo y la feliz iniciativa de este medio siglo de historia que nos permite comparar el ayer y el hoy de una escuela pública renovada y en democracia».