Albina FERNÁNDEZ

Manuel Amorim hablará hoy a las 19.00 horas, en la Biblioteca Municipal (calle Jovellanos), «sobre los riesgos de la regasificadora», invitado por el movimiento ciudadano contra el proyecto de planta regasificadora de El Musel, «Regasificadora Non», en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. Amorim es profesor de la Escuela de Ingenieros Navales de Ferrol y fue directivo del astillero Astano hasta el año 2000. Asesoró al Ayuntamiento de Ferrol y al Comité Ciudadano de Emergencia (CCE) en las alegaciones a la planta de gas de la ría, y trabajó en proyectos «offshore» para EE UU, Noruega y Reino Unido durante 20 años.

-¿Cómo entró en el movimiento contra la gasificadora?

-De una manera espontánea. Era una preocupación que tenía dormida, porque en principio estaba prevista para el puerto exterior, pero cuando se habló de hacerla en el interior de la pequeña y angosta ría me alarmé, como todo el mundo. Empecé a acudir a las reuniones de la asociación de vecinos, me informé y contacté con el CCE. No soy político, soy un técnico que trata de llevar a la gente la información que a nosotros se nos negó en Ferrol.

-¿Cómo está el tema ahora?

-Llevamos ocho años luchando y desde hace uno la planta funciona, después de una férrea oposición, pero nosotros seguimos luchando. Tenemos pendientes 12 procesos judiciales, tres de ellos en Europa y en la fiscalía anticorrupción, porque se defendieron intereses muy oscuros. Y quiero aclarar que no estoy en contra del gas natural, y menos del licuado, pero exijo que se cumpla la ley y que las regasificadoras se ubiquen en sitios adecuados.

-¿Qué mentiras se dicen sobre estos proyectos?

-Muchas, casi todo es mentira. Para empezar, no es una energía tan limpia como aseguran, y pese a que utilicen la última tecnología, son plantas que tienen un riesgo porque almacenan gran cantidad de energía, dos o tres veces más que una bomba nuclear. Es difícil que pase algo, pero puede pasar, y sería una gran desgracia. De hecho hay más de 160 posibles causas de accidentes, y para evitar consecuencias hay una normativa pero no se cumple, y eso me cabrea muchísimo, porque los políticos fueron elegidos precisamente para defender los intereses de la población, no de los grandes grupos económicos.

-¿Qué dice la ley?

-Entre otras cosas, que tiene que haber una evaluación de cada uno de los riesgos, que los barcos tienen que tener capacidad de maniobra en caso de emergencia y que tiene que estar a cierta distancia de las viviendas. En Ferrol nada de eso se cumple.

-¿Qué conoce del proyecto de Enagas para El Musel?

-Lo estudié en la red y creo que no puede ir allí. Veo que la planta está dentro del muelle, no en el puerto exterior, y pegada a la zona de carbón, supongo que para ahorrar dinero. No es un buen sitio porque hay viviendas cerca y, por ejemplo, en caso de un derrame mayor de gas las consecuencias se expandirían hasta cuatro kilómetros, es decir al centro de Gijón. Pero los políticos no dirán nada y prometerán puestos de trabajo que son totalmente irreales. CLUB LA NUEVA ESPAÑA de Gijón