Desde pequeño supo que lo suyo era el canto. A los 7 años se apuntó a una academia privada para después dar el salto al Conservatorio, donde estudió solfeo y piano. En el coro de este centro, comenzó a sentir curiosidad por la dirección. Tras un tiempo, Carlos Esperón cogió la batuta para ponerse al frente de cuarenta personas. Desde entonces, no ha parado de rodar por varias agrupaciones corales gijonesas. Dirigió el coro «Eva Canel» de Contrueces, el primero formado únicamente por mujeres en la ciudad. Más tarde vendrían los del hogar de Cimadevilla o el de la asociación «Jovellanos». Ahora alterna sus ensayos en la asociación musical «Sinenomine» con su trabajo en la empresa Eysa, que gestiona el estacionamiento en el aparcamiento público de Fomento, y con sus estudios de Ingeniería Industrial.

-Estudiante, empleado y director de coro. Sí que da el do de pecho.

-Sí, hay que sacar tiempo de donde sea. En el coro ensayamos los domingos por la tarde, casi cuando podemos, porque todos trabajamos. Ahora somos ya doce. Anualmente, colaboramos con la Asociación de Hermandades en Semana Santa, la Asociación Belenista en Navidad... Tenemos varias actuaciones anuales que son fijas y luego, aparte, actuaciones variables, como alguna boda.

-¿Afina Gijón en lo referente a la música coral?

-Los coros en Gijón tienen un problema. Hay muchos coros, pero las buenas voces están muy repartidas. Destaca la Polifónica, pero también tiene sus altibajos. La calidad está bastante disgregada y, por eso, hay muchos coros, pero pocos de un gran nivel. Además, creo que la mayoría tiene repertorios similares. Nosotros, por ejemplo, nos hemos lanzado ahora a la música del Renacimiento español.

-Cantar, ¿se hace sólo por amor al arte?

-Sí. Hay que tener en cuenta que para estar en un coro es necesario sacrificar, al menos, dos tardes a la semana. Además, cantar en un coro económicamente no te supone nada. Tiene que gustarte mucho el coro para dedicarle tiempo. También hay mucha gente que se lo toma como una terapia para relajarse de vez en cuando.

-Ser un joven del siglo XXI y tener gustos musicales de antes del XX no es lo más habitual.

-Yo escucho de todo, pero prefiero la música clásica. Además, yo conozco a mucha gente de mi edad a la que le apasiona la música clásica. A mí me llena muchísimo. Desde pequeño me encanta. Es algo que me vale tanto para relajarme en privado como para divertirme en público.

-Un director de coro, ¿es como el entrenador para un equipo de fútbol?

-Para ser director de coro tienes que ser muy psicólogo. Las veinte o cuarenta personas que tienes delante no pueden notarte ninguna inseguridad, porque si no eso repercute en su actuación. Si tú te pierdes, el coro se pierde. Para ser director tienes que estar al tanto hasta de si existen enfrentamientos entre dos miembros del coro. Y, sobre todo, hay que saber motivar. Ser como un buen profesor.

-Más símiles deportivos. Para cantar en un coro, ¿hay que saber jugar en equipo?

-Sí, lo importante es que se pueda hacer un buen conjunto. No es necesario que haya una voz prodigiosa, lo importante es que todas las voces estén bien compaginadas y que no sobresalga ninguna.

-Su cargo en el coro y su puesto en el «parking» de Fomento, ¿le convierten en pluriempleado?

-En la música estoy porque me gusta. Cuando era pequeño, los niños de mi edad iban al parque, mientras yo iba al Conservatorio. Pero seguro que me lo pasaba yo mejor en el Conservatorio. Lo que está claro es que esto no lo haces por dinero. Cobras muy poco. Esto no se hace precisamente por hacerte rico. Harían falta más ayudas por parte de las administraciones para que hubiera profesionales que vivieran de cantar en un coro. Hace falta más apoyo del politiqueo.

-Los políticos, ¿dan el cante?

-A veces, aburren. Pero supongo que nunca llueve a gusto de todos. De vez en cuando, cuando oyes hablar a algún político te dan ganas de ponerte al mando y de darles un batutazo.

-En Austria, los niños aprenden a tocar un instrumento antes que a hablar.

-Creo que es necesario una mayor educación musical en España. Mucha gente no tiene contacto con la música y, por eso, no la conocen y no pueden tener el derecho a disfrutarla. Aquí falta cultura musical. En España, en clase de Música, das flauta, un librillo poco denso y tienes muy pocas horas lectivas a la semana. Yo creo que a la gente le gusta mucho la música, pero hay que educarlos más en ella.

-Llegan tiempos de abrocharse el cinturón. Evitar el redondeo en los «parkings» es una medida que habrá gustado.

-Hay de todo. Hay gente que sigue protestando igual. Pero bueno, ahora se protesta bastante menos. Con lo del redondeo a la baja, creo que se ha acertado porque la gente, en general, está contenta. No ha molestado la medida.

-Y a usted, ¿le molestan los «reality show» musicales?

-Creo que ofrecen una imagen irreal de lo que es el trabajo que hay que realizar para ser cantante o bailarín. Nadie se puede creer que por estar cuatro meses de trabajo intensivo en una academia puedes llegar a ser algo. La música exige mucho esfuerzo y dominar un instrumento son horas, meses y años de dedicación. Este tipo de programas para lo que sirven es para que haya niños que se aficionen a la música o el baile. Para poco más.

-La «Semana negra» se muda a la playa de Poniente. ¿Llega el caos a Fomento?

-Es un tema comprometido. A mí personalmente no me gustaría que me pusieran un escenario debajo de la ventana de mi casa. ¡Y mira que me gusta la música! Se debería buscar una solución porque perjudica la calidad de vida de los ciudadanos. Hay que buscar un punto intermedio entre los que se quieren ir de fiesta y los que se quieren quedar en casa a dormir tranquilamente.

-De vuelta a la música, pero de la que no molesta. ¿Hay cantera para el futuro?

-Creo que se están haciendo cosas bonitas. La Polifónica está haciendo un coro infantil y también en Cimadevilla y La Calzada. Meter la música a los pequeños es la clave del éxito.

«El redondeo a la baja en la tarifa de los aparcamientos ha sido un acierto y la gente está más contenta»

«La "Semana negra" perjudica la calidad de vida de muchos ciudadanos, por eso exige una solución»

- Nació en Gjión el 18 de marzo de 1976.

- Estudió EGB, BUP y COU en el Corazón de María.

- De pequeño se apuntó al Conservatorio, donde recibió clases de solfeo y piano.

- Tras inscribirse en el coro de ese centro, se interesa por la dirección y coge el mando tras una baja de su anterior director, el catedrático Adolfo Ramírez Iborra.

- Posteriomente dirige los coros «Eva Canel», el del hogar de Cimadevilla, el de la asociación «Jovellanos» y el de «Voces de Cimadevilla».

- Es tenor durante varios años en la Polifónica Gijonesa, antes de fundar la agrupación musical Sinenomine, que actualmente dirige.

-Está pendiente de presentar el proyecto fin de carrera para finalizar Ingeniería Superior Industrial.

- Trabaja en el «parking» de Fomento.

«Los "reality" ofrecen una imagen irreal de la música porque para dedicarte a ella hace falta mucho esfuerzo»