Gijón goza de prestigio en la costa por su puerto deportivo. La historia certifica las visitas de embarcaciones de la Familia Real y las de sobresalientes empresarios. En esta hoguera de las vanidades nacionales, cuentan que el prestigio se mide en metros de eslora. Y aunque el megayate de Francisco Hernando, «Paco el Pocero», (72 metros de eslora), no se ha visto por la bahía gijonesa, se espera uno de los sobresalientes. Se preparan en los pantalanes de Fomento para recibir a la tripulación del «Nufer», (48 metros), acróstico de Nuria y Fernando, bien conocido por Preysler y Boyer, que ya se le ha quedado pequeño a Fernando Fernández Tapias. El magnate gallego, con ex familia gijonesa, construye en la Factoría Naval de Marín uno nuevo de 60 metros mientras su «viejo» yate impone su figura por el Cantábrico.