Teté F. BALSEIRO

El comercio de la ciudad no para de renovarse. Mientras el sector de la hostelería inaugura locales sin descanso y se expande por la periferia, los demás sectores tampoco pierden el tiempo.

Pero para lavar la cara de un establecimiento es fundamental ponerse en manos de profesionales cualificados y expertos en decoración. Este tipo de sector también está más que representado en la villa de Jovellanos y buena cuenta de ello se deja ver en los comercios que abren sus puertas con acogedores y modernos diseños.

Detrás de esos novedosos locales hay un trabajo bien hecho. Los departamentos de interiorismo dedican gran parte de su actividad a ejecutar proyectos técnicos y decorativos completos, más conocido en su argot como «llave en mano», aunque también cuentan con un servicio de consulting, lo que quiere decir que realizan el diseño de todo aquel que quiere simplemente asesorarse sobre un cambio de imagen en su local, pudiendo realizar la obra cualquier otra empresa.

Los expertos, que destacan en sus ejecuciones por su buen hacer en baños y cocinas, además de tener a disposición del público un magnífico showroom, cuentan que en estos momentos el cliente pide una personalización absoluta para cada remodelación, predominando en su demanda que la nueva decoración no sólo sea bonita sino operativa y cómoda para trabajar.

Los vinilos, porcelámicos con diferentes texturas y acabados, cristales, aceros y elementos como la pizarra o los acabados en piedra se integran con los materiales clásicos a la perfección.

Todo ello, en conjunto, hace que los locales de la ciudad luzcan su mejor cara, invitando así a sus clientes a disfrutar de sus nuevas instalaciones. Tal es el caso de la confitería La Suiza, un establecimiento avalado por los años que ha conseguido, gracias al proyecto y obra realizado por Sebrayo, que sus instalaciones sean ahora más actuales y cómodas tanto para sus propietarios y trabajadores como para los clientes asiduos de ella.

La paleta de colores elegida por los diseñadores, los espacios limpios y modernistas hacen de una de las actividades rutinarias un momento de distracción que invita a disfrutar de una café matutino o una merienda familiar o amistosa. Y es que la ciudad no hace más que crecer en locales y creatividad. Y eso, en parte, gracias a buenos profesionales que hacen de su seriedad el sello de presentación.