M. CASTRO

Factorías Juliana negocia la construcción de cinco barcos para la Armada de Venezuela y otros dos para el armador noruego Mokster. De materializarse los contratos de estos barcos, el astillero privatizado tendría garantizada su carga de trabajo al menos hasta mediados de 2012. Con la actual carga de trabajo el astillero quedaría vacío en marzo de 2010, fecha prevista para la entrega del último buque sísmico contratado por el armador noruego Rieber.

La ampliación de carga de trabajo es el principal reto para la continuidad del astillero gijonés a medio plazo. Más acuciante en la actualidad es cuadrar las cuentas de la factoría naval privatizada a finales de 2006. Juliana anunció una pérdida de 16,88 millones de euros en 2007, achacables a la construcción de los barcos sísmicos para el armador noruego Rieber. En 2008 se incrementarán estas pérdidas. La empresa matriz del astillero gijonés, Factorías Vulcano, trata de lograr que la SEPI conceda a Juliana un préstamo participativo por 16 millones de euros, en un momento en el que el astillero gijonés tiene dificultades para pagar a proveedores y empresas auxiliares, y en el que dirigentes sindicales ya hablan abiertamente de riesgo de quiebra.

Fuentes del astillero gijonés aseguran que, al contrario de lo que está ocurriendo con los tres sísmicos (buques para prospección de bolsas de petróleo y gas natural en el subsuelo marino) que construyen para Rieber, los barcos que ahora está negociando Juliana reportarían beneficios.

La actual cartera de trabajo de Factorías Juliana incluye los tres sísmicos para Rieber y un cementero para Tudela Veguín (Grupo Masaveu). Los barcos en negociación son dos sísmicos de 7.542 toneladas de peso muerto, y tres buques oceanográficos de un tamaño bastante menor, todos ellos para la Armada de Venezuela, además de otros dos buques de tipo «supply» (barcos de aprovisionamiento para plataformas petrolíferas) para el armador noruego Mokster, de 3.835 toneladas de peso muerto.

La dirección de Factorías Juliana confía en que los dos «supply» para Mokster puedan entrar en vigor el próximo mes de junio y que los dos sísmicos para Venezuela lo hagan en el mes de septiembre. En todo caso, aún no hay nada cerrado. Más verde está la negociación para los tres barcos oceanográficos que también quiere contratar el Gobierno de Hugo Chávez. De hecho, la dirección de Juliana no incluyó esos tres buques en el plan industrial 2008-2012 para el astillero, que entregó el pasado 29 de abril a los sindicatos. En ese plan la dirección de Juliana sí habla de que está haciendo ofertas para construir otros cuatro buques para diversos armadores (un sísmico, dos «supply» y un quimiquero), que alargarían la carga de trabajo hasta 2014.

El pequeño tamaño de los siete barcos para Venezuela y Noruega con los que Juliana trata de ampliar su cartera de pedidos no precisarían de obras adicionales en las instalaciones de la factoría naval. Vulcano vincula el dragado de la zona de botadura de la grada y la ampliación de la dársena de armamento, con un coste de 14 millones de euros, a que lo costeen las administraciones. Esas obras son precisas para contratar los barcos que va a demandar el mercado cuando concluya la obra de ampliación del canal de Panamá.

Ejecutándose

Tres buques sísmicos para el armador noruego Rieber.

Un cementero para Tudela Veguín.

En negociación

Dos buques sísmicos y tres oceanográficos para la Armada de Venezuela.

Dos buques tipo «supply» para el armador noruego Mokster.