C. JIMÉNEZ

El periodista canadiense Stephen Leahy lleva dos años viajando por todo el mundo, cubriendo conferencias y simposios de temática medioambiental. Leahy está especializado en cambio climático tras más de 12 años de experiencia profesional. La mayoría de sus trabajos, relacionados con temas de investigación y desarrollo, los envía a la agencia Inter Press Service (IPS).

Uno de los ponentes australianos del congreso que se celebra estos días en Gijón le informó de la cita que tendría lugar a finales de mayo en la ciudad y decidió embarcarse en el que sería su primer viaje a Asturias. Leahy destaca la calidad de los intervinientes en esta cita y la oportunidad de este congreso en un momento en el que el cambio climático forma parte de la agenda política internacional. «Luis Valdés (director del Centro Oceanográfico de Gijón, a la cabeza de la organización de esta cita congresual) es uno de los expertos a escala mundial sobre producción planctónica», explica para justificar su presencia en Gijón. De las investigaciones realizadas para el Cantábrico cita como «muy importantes» las prospecciones realizadas en torno al golfo de Vizcaya.

Tanto en la comunidad científica americana como en la europea la preocupación acerca de los efectos del calentamiento global es idéntica, señala Leahy. No obstante, el canadiense incide en la importancia de las modificaciones sufridas en las grandes masas de agua: «Lo que pase en el océano es muy importante porque luego afecta directamente al clima».

Tras cubrir una conferencia sobre cambio climático en Ghana (África), en julio participará en otro simposio en Barcelona y en agosto volverá a España para intervenir en la Expo de Zaragoza. En este caso se situará al otro lado de la cámara y hablará sobre el papel de los comunicadores ante el cambio climático.

Leahy se alegra de que cada vez se celebren más eventos sobre esta temática, lo que significa que la población va tomando conciencia. Sus artículos sobre medio ambiente, ciencia y agricultura se han publicado en revistas y periódicos de todo el mundo. Tras dos años costeándose los viajes regresará a casa, por fin, en el plazo de nueve semanas. De vuelta a Toronto seguirá volcado en la cuestión ambiental.