J. L. A.

Las inspecciones periódicas y exhaustivas son fundamentales para evitar siniestros como los de los petroleros «Prestige» y «Erika», dos de los casos más recordados -por lamentables- de unas malas prácticas en la navegación marítima. Más controles y con mayor exigencia profesional, pero también acuerdos internacionales que hagan imposible o muy difícil que buques en malas condiciones puedan salir de puerto.

Son algunas de las conclusiones de la segunda jornada del congreso que celebra en Gijón el Colegio de Ingenieros Navales y Oceánicos para analizar uno de los asuntos centrales de la seguridad marítima, el importante número de «buques subestándar» (llamados así por no reunir las condiciones mínimas necesarias para navegar con garantías de seguridad) en la flota internacional. De especial interés resultaron las explicaciones que dio ayer Manuel Gutiérrez en representación de Lloyd's Register of Shipping, histórica sociedad de clasificación y análisis de riesgos. Fue categórico: «Accidentes como el del "Prestige" y el "Erika" se podían haber evitado pero, desgraciadamente, faltan acuerdos». «Con la aplicación a los buques de las pinturas que ahora existen, esas catástrofes no hubieran ocurrido», añadió. Y es que la corrosión de las estructuras es uno de los factores de riesgo. Hay otros: el tipo y la edad del barco, la bandera (es decir, si lleva pabellón de conveniencia), el tipo de carga, la historia de la embarcación o los antecedentes del armador.

Manuel Gutiérrez enumeró algunas medidas urgentes para mejorar una situación que se puede complicar por el fuerte aumento de los tráficos marítimos. El año pasado acabó con un récord en la construcción naval mundial. La unificación de criterios de control, la inmovilización de los buques que no mejoran sus condiciones o la formación de inspectores y tripulaciones competentes constituyen, a juicio del representante de Lloyd's Register, una receta urgente y necesaria.

Un simple fallo de pintura en un punto crítico basta para que un buque se vaya a pique. El ingeniero Rafael Gutiérrez Fraile ha constatado que la siniestralidad aumenta a partir de los nueve o diez años de navegación del barco, aunque hay embarcaciones con mucha más edad en perfectas condiciones debido a que están cuidadas. «Desde el "Erika" y el "Prestige" nos hemos empezado a preguntar si las inspecciones son las adecuadas y si se dedica el tiempo suficiente», subrayó, para encadenar: «Hay que seguir tomado medidas».

La jornada de ayer (el congreso se clausura hoy) se completó con distintos puntos de vista técnicos sobre los barcos «subestándar» y la construcción naval o el reciclado de los buques.