Óscar G. CUERVO

El biólogo Borja Jiménez-Alfaro González, miembro del equipo científico del Jardín Botánico Atlántico de Gijón, presentó el pasado jueves su tesis doctoral titulada «Biología de la conservación de plantas vasculares en la cordillera Cantábrica. Prioridades y casos de estudio», fruto de cinco años de estudio de la vegetación de los ecosistemas presentes en la cordillera Cantábrica, tanto en Asturias, Castilla y León y Cantabria. Su estudio giró en torno a las plantas vasculares.

-¿Qué son las plantas vasculares?

-Son todas las plantas que tienen tallo. Digamos que comprenden a todas aquellas especies que dominan la flora en la superficie terrestre, desde los robles, hayas, hasta cualquier flor de la cual broten hojas, tallos, ramas...

-Resúmanos su tesis doctoral.

-Es un estudio que abarca las prioridades de acción sobre las diversas especies amenazadas en toda la cordillera Cantábrica, ya que nunca antes se había estudiado en su conjunto debido a los limites geográficos y administrativos. Además, ha servido para arrojar unos datos increíbles. Por ejemplo, ha servido para descubrir la existencia de una grandísima riqueza florística. En nuestros montes se concentran entre tres mil y tres mil quinientas especies y subespecies, con un total de 135 plantas endémicas -exclusivas de la Cordillera y de las zonas más cercanas-, situándose a la altura de Los Alpes o los Pirineos. También supone el desarrollado de una lista de 133 especies en peligro, creando un protocolo de actuación y conservación para cuatro de ellas.

-¿Cuáles son esas cuatro plantas?

-La «Empetrum nigrum», que sólo es conocida en el puerto de San Isidro, situándose en sitios protegidos por el sol, donde habita la nieve; la «Senecio boissieri», común de los Picos de Europa y Peña Prieta; la «Aster pyrenaeus», que es una planta realmente prioritaria que reside en Bulnes; y la «Centaurium somedanum», situada en Somiedo.

-¿Qué propone para proteger éstas especies?

-Varias alternativas, por ejemplo, para conservar la «Empetrum nigrum» ha sido creado un mapa estadístico de situación de éstos ejemplares, con el objetivo de proporcionárselo a las estaciones de esquí de San Isidro y Fuentes de Invierno, algo que serviría sin duda alguna para favorecer la supervivencia de esta especie. Además, se ha desarrollado un estudio histórico en Bulnes, llegando a la conclusión de que la utilización de métodos tradicionales de explotación es dañina para la «Aster pyrenaeus», dato que se ha puesto en conocimiento del Parque Nacional de los Picos de Europa. Con el abandono de esos métodos tradicionales, se ha recuperado en un 30% esta especie.

-Además, es usted miembro de la Red Cantábrica para la Conservación de la flora. ¿A qué se dedica esta red?

-Ha sido una iniciativa del Jardín Botánico de Gijón, creada en 2006. Su objetivo es impulsar proyectos cantábricos para la conservación de plantas endémicas de la Cordillera. Su motivación es la de acabar con esas barreras administrativas que nos impiden trabajar de forma conjunta en diferentes áreas comprendidas por varias Comunidades Autónomas. Un dato interesante ha sido la creación de una lista roja de plantas en peligro de extinción, todo ello coordinado desde Gijón.

-¿Por qué desarrollar una tesis doctoral en el Jardín Botánico Atlántico de Gijón?

-En realidad, la tesis ha sido desarrollada y leída en la Universidad de Oviedo, siendo también partícipe de los objetivos y proyectos del equipo científico del Jardín Botánico. Además, la cuestión biogeográfica es realmente importante, debía ser coherente. Nací en Pamplona, pero viví muchos años en León, llevo ocho en Asturias... soy una persona montañera... por lo que conozco la Cordillera y sus especies.

-Colabora con el Departamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo. ¿Qué tipo de actividades desarrollan?

-El equipo científico del Jardín Botánico ha tenido una estrecha relación con este departamento, pero no sólo con ellos, sino también con el departamento de Fisiología Vegetal, de Ecología, con el Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot). Tenemos una gran vinculación con la Universidad, no sólo de Oviedo, sino de León, Cantabria... La colaboración es esencial.

-¿Participan en estas investigaciones alumnos de las Facultades de Biología?

-Sí, claro que sí, por ejemplo, en la actualidad, participan cuatro estudiantes en prácticas en el Jardín Botánico, concretamente dos de la Facultad de Oviedo, y otros dos de León.

-¿Se están formando buenos biólogos e investigadores en la Universidad de Oviedo?

-Los departamentos son muy variables, aunque en líneas generales existe un gran nivel. Creo que el problema no reside en la formación universitaria, sino en las limitaciones profesionales. No existe una gran demanda de profesionales dedicados a la biología. Los organismos o empresas dedicadas al medio ambiente deberían tenernos más en cuenta de cara a trabajos relacionados con la naturaleza, tendrían que crear más puestos para biólogos.

-¿Qué destacaría de la Universidad de Oviedo?

-La Universidad de Oviedo favorece la investigación, aunque las becas son insuficientes, por lo que en muchos casos nos vemos perjudicados. De todas formas, los terceros ciclos en biología me parecen estupendos, son una excelente oportunidad para ampliar estudios, realizar investigaciones... -¿Qué opina del cambio climático?

-Es una cuestión complicada. Basándome en datos, la Cordillera Cantábrica debería tener uno de los cambios más drásticos debido a sus diferentes influencias mediterráneas, atlánticas y montañosas. Es una cadena montañosa realmente sensible debido a su biodiversidad. De todas formas, los efectos reales aún se desconocen, no existen datos precisos, por lo que lo único que podemos hacer es estudiar la manera de proteger nuestra diversidad de este efecto.

-¿Qué opina de la naturaleza asturiana?

-Es fantástica. Tiene una biodiversidad enorme desde la costa hasta las montañas. La mitad de los hábitats de la región atlántica europea están presentes en Asturias. A pesar de todo, deberíamos tener más en cuenta la explotación de estas zonas. Deberíamos protegerlas más dando la misma importancia a todos los elementos que conforman este espacio natural.