J. L. A.

Quince de cada cien profesores han confesado que, en algún momento, sufrieron algún tipo de agresión por el desempeño de su profesión; el 81 por ciento del profesorado de enseñanzas medias reclama más autoridad en las aulas; el 31 por ciento de los jóvenes deja sus estudios tras la ESO y el 32 por ciento de los estudiantes de enseñanza media repite curso. Son sólo algunos de los datos que desgranó ayer Rafael Puyol para hacer el dibujo de la situación de la educación en España. Hizo una recomendación: «Las familias tienen que involucrarse más en el proceso formativo de sus hijos».

Puyol, rector de la Complutense de Madrid entre 1995 y 2003, sazonó la conferencia que ofreció ayer, a la que asistieron la vicerrectora de ordenación académica de la Universidad de Oviedo, María Paz Suárez Rendueles, y el concejal de Educación y Cultura, Justo Vilabrille, de cifras tras las que no es difícil deducir problemas estructurales graves. Resaltó que la situación en Asturias es mejor que la media española.

La Formación Profesional (FP) tiene, por ejemplo, 465.000 alumnos, un tercio de los que cursan estudios universitarios. En países como Alemania o Finlandia sucede lo contrario: los estudiantes de FP suponen el 60 por ciento del total del alumnado del país. «Es necesario una puesta firme, con un plan integral». Puyol dejó claro que el fracaso escolar «afecta a todos». «Ha de ser un objetivo de cualquier política educativa».