J. L. ARGÜELLES

El gran pacto por la educación que propone el ministro Ángel Gabilondo es «necesario y urgente para que España deje el furgón de cola» de los países de su entorno. Es una de las tesis que defendió ayer Rafael Puyol, catedrático en excedencia y ex rector de la Universidad Complutense de Madrid, pero lo hizo desde un matizado escepticismo hacia las posibilidades reales de un acuerdo de largo alcance sobre los muchos y profundos problemas que, a su juicio, padece el sistema formativo español: «Me contentaría con que avanzáramos en la letra pequeña y escribir pactos en letras minúsculas».

Puyol (Gijón, 1945), presidente del consejo de dirección de la SEK de Segovia, subrayó la necesidad de un sistema legal estable, tras recordar que los gobiernos de España aprobaron, en las últimas tres décadas, un total de siete leyes: «La educación no puede ser moneda de cambio político como ha sucedido a lo largo de estos treinta años; las leyes deben mantenerse hasta que tengan síntomas de oxidación».

El prestigioso profesor, que cerró el curso del Ateneo Jovellanos con una conferencia sobre la propuesta del ministro Gabilondo, con quien compartió las responsabilidades de rector en la universidad madrileña, aseguró que la situación de la educación en España es «manifiestamente mejorable». Los datos son elocuentes: el 30 por ciento de los alumnos no concluye los estudios de Bachiller, un porcentaje que es exactamente el doble de los países de la UE antes de la ampliación. España tiene 1,5 millones de universitarios, uno de los índices más altos de la UE, pero el 30 por ciento tampoco acaba su carrera, y además tarda más años. «Es cierto que ha crecido el gasto público, pero todavía no llegamos a la media de los países de nuestro entorno», señaló. «Los informes PISA nos dejan en mal lugar». Añadir que la Formación Profesional es, a juicio del premiado catedrático, insuficiente, que los profesores están poco valorados y remunerados.

Puyol dejó claro que la educación ha de ser un «proceso continuo» y depender de un solo Ministerio. En su opinión, los actores principales de ese gran pacto que plantea Gabilondo deben ser el Ministerio de Educación, los partidos políticos y las comunidades autónomas. Un aviso a esta últimas: «Hay que cumplir la Constitución para no establecer constelaciones parciales y caer en orgullos étnicos». «Soy un convencido de la bondad de ese pacto, pero que sea viable es harina de otro costal», insistió. El profesor también defendió el cuestionado plan Bolonia: «Puede ser una oportunidad si lo sabemos aprovechar».

Puyol manifestó que para cerrar un amplio acuerdo sobre educación se necesita conciliar y consensuar distintas posiciones. Confesó cierta decepción tras la comparecencia de cinco horas que protagonizó Gabilondo en el Parlamento. «Creo que la propuesta del pacto quedó en una nebulosa que espero se pueda disipar».