Miriam SUÁREZ

La ciudad de Gijón marca el techo del consumo de sidra en la región y ese currículum le ha servido para convertirse en escenario de una iniciativa que pretende potenciar el líquido astur como «producto gourmet». En esa iniciativa, bautizada como «Gijón de Sidras», se han implicado 24 lagares del Principado y otros tantos chigres del municipio, donde se servirá botella y pincho casero por 2,90 o 3,90 euros, dependiendo del maridaje.

Es la primera vez que se organiza un festival de este tipo, que aspira a hacerse un nombre como el que ya tiene el Oktoberfest cervecero de Munich. «Se escanciarán unos palos magníficos. Queremos dar a conocer la sidra de calidad», aseguraba ayer Iván de la Plata, director de Fenicia, la empresa especializada en marketing que organiza el evento.

Esa calidad nace en las pomaradas, se exprime en los lagares, se sirve en las sidrerías y se aprecia en el paladar. «Gijón de Sidras» involucra, por esta razón, a cosecheros, productores, hosteleros y público. De los tres primeros había ayer una amplia representación en el salón de recepciones del Ayuntamiento, donde la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, presentó el certamen sidrero como «el pistoletazo de salida del plan gastronómico turístico del Principado».

En cuanto al público, se les espera en los establecimientos participantes. Podrán recorrer este primer «Gijón de Sidras» entre los días 20 y 25 de este mes. Para facilitar toda la información sobre direcciones, horarios, tipo de sidra y cazuelas que cada uno servirá a modo de acompañamiento se repartirán «sidromapas». Una votación popular decidirá, al final, cuál es la sidra «más prestosa» de 2009.

Además, habrá un comité de cata que premiará al mejor escanciador, a la mejor barra y al mejor equipo sidrería-lagar. Qué sidra se sirve en cada negocio se ha decidido mediante sorteo. «El acontecimiento es muy importante para la sidra y para Gijón», convenían ayer todas las partes implicadas.