A. RUBIERA

Un centenar de cirujanos plásticos y expertos en medicina reconstructiva tuvieron ayer en Gijón su lugar de encuentro. La empresa biotecnológica Bioser -división de la firma gijonesa MBA- reunió a los galenos, con destacadas presentacias internacionales, en una jornada de trabajo en torno a los avances y nuevas tecnologías en la especialidad. Unos avances que tienen en el uso de terapias de aplicación de células madre, o en los sustitutos dérmicos, un foco de especial interés.

Elena Arana, del servicio de Cirugía plástica del hospital Vall d'Hebrón (Barcelona), especializada en la corrección de malformaciones faciales y torácicas en niños, y Joan Fontdevila, del Hospital Clínico (Barcelona), que ha centrado sus trabajos más pioneros en la regeneración de glúteos en pacientes con sida, fueron dos de los especialistas que presentaron sus esperanzadores trabajos ayer en Gijón. Ambos expertos consideran que «en estos momentos la gran evolución de la cirugía plástica es que está yendo hacia la regeneración, que es un concepto contrapuesto al tradicional de la reconstrucción. Lo clásico en nuestra especialidad era quitar de un sitio para poner en otro, y ahora la vía que más se explora es la de regenerar, induciendo la curación en el mismo sitio donde se ha producido el defecto, y sin tener que ir a destruir en otras zonas».

Ese cambio, según Joan Fontdevila, «lleva parejo un gran beneficio para el paciente, con menos repercusión postoperatoria». Elena Arana, por su parte, sostiene que «en cierta medida, la práctica actual es un concepto contrario al clásico que teníamos los plásticos; lo que siempre nos llamaba la atención y nos parecía interesante eran las grandes cirugías para reconstrucciones. Ahora, sin embargo, vamos a regenerar con cirugías de mucha menor entidad pero que conducen a postoperatorios mejores y sin defectos añadidos».

Ambos especialistas han centrado sus trabajos más recientes en el campo de las terapias de enriquecimiento de células grasas con células madre, ya sea para reconstrucciones de glúteos, mamarias, o en los casos de malformaciones torácicas o faciales, tal como indicó Arana. En su caso, en el tratamiento con niños, la cirujana explicó que «suelo tratar malformaciones faciales y déficit de relleno de un lado de la cara. Si ese déficit era acusado, hasta ahora había que recurrir a técnicas microquirúrgicas, lo que supone trasponer un colgajo de un tejido de otra parte del cuerpo e introducirlo debajo de la piel de la zona afectada. Con las nuevas tecnologías podemos usar la técnica del relleno de tejido graso enriquecido con células madre, de manera que rellenamos el déficit de contorno con un mejor resultado y recuperación más corta», expuso.

Fontdevila, por su parte, relató su buena experiencia en la regeneración de glúteos en pacientes con sida. «Son pacientes que pierden la grasa como consecuencia de la medicación, lo que repercute en que no pueden casi ni sentarse, porque no encuentran la posición cómoda, y llegan a no poder vestirse porque se les caen los pantalones. En los primeros pacientes en los que ya hemos visto resultados lo primero que agradecen es volver a poder vestirse», cuenta. La alternativa que había hasta ahora, la de implantación de prótesis, era más incómoda y menos exitosa. «Todo es más lógico porque el paciente con este problema no ha perdido una prótesis, lo que ha perdido es su grasa, y de esta forma se la estamos restaurando», concluyó Fontdevila.

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