Sofía Quintana Haydee, una niña que pesó 3,360 kilos e irrumpía en sus primeros llantos a las diez y diez minutos de la mañana en la sala segunda del servicio de maternidad del Hospital de Cabueñes el 31 de diciembre de 1984, según relataba el periodista Dioni Viña en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA, acaba de cumplir 25 años.

Su cumpleaños no tendría nada de especial si no fuera porque Sofía fue el primer bebé probeta asturiano. A la madre hubo que practicarle la cesárea, pero el parto no revistió ningún problema, según reconoció la doctora Filomena Álvarez, ginecóloga, que atendió a la madre durante el parto.

Los padres de la primera niña probeta asturiana -el sexto caso en toda España- José Manuel Quintana Fernández y Mirta Haydee Alonso contaban por aquel entonces con 34 y 30 años respectivamente. Para ellos, la despedida del año 1984 fue la más feliz de su vida. Ambos deseaban tener un hijo, pero un problema de adherencia en una de las trompas de falopio de la mujer se lo impedía. No había otra solución que la microcirugía o la fecundación «in vitro», que haría innecesaria la intervención quirúrgica. Tras el final feliz, José Manuel Quintana confesaba que al menos seis parejas asturianas se habían puesto en contacto con él para conocer en detalle un proceso de gestación que en los años siguientes se convertiría en muy habitual.