R. GARCÍA

L. F. G., gijonés de 97 años de edad, no olvidará fácilmente el mediodía del pasado jueves. Alrededor de las doce el nonagenario se dirigía en bicicleta, como casi todos los días, hacia su huerto de Somió con el objetivo de pasar una mañana tranquila dedicándose a la agricultura. Pero el destino le deparaba una peripecia de noticiario. Un joven de 27 años que responde a las iniciales E. Z. le arrebató los 500 euros que llevaba en el bolso de su chaqueta y su cartilla de ahorros. El anciano se armó de valor, dio media vuelta con su bicicleta, y pedaleó a la caza del delincuente.

El suceso tuvo lugar en la carretera del Piles al Infanzón, a la altura de una tienda de jardinería de la zona de Somió. «Estaba subiendo a su huerto, como casi siempre, y de repente vimos que daba la vuelta», señalaba ayer uno de los responsables de este establecimiento. No era para menos. Un joven se había acercado al anciano disimulando y le había arrebatado el dinero que acababa de sacar del banco pocos minutos antes. De hecho, la Policía sospecha que el delincuente «le venía persiguiendo desde que salió de la entidad bancaria». Pero L. F. G. no estaba dispuesto a aceptar el robo por lo que, cuando vio que el joven se dirigía hacia el Muro, optó por perseguirle.

Durante la carrera la víctima consiguió contarle a una viandante lo que estaba pasando y le pidió que llamara a la Policía. Entretanto el delincuente, viéndose perseguido, se subió en un taxi en la calle Aquilino Hurlé para perder de vista al ciclista. El joven consiguió llegar hasta la calle Magnus Blikstad, donde ya se sintió seguro y pidió al conductor que parara el vehículo. Lo que no sabía es que la Policía Local, sabedora de que iba en un taxi, le seguía ya los pasos.

Como último recurso para conseguir escapar al cerco policial el joven delincuente decidió esconderse dentro de un establecimiento. Pero los funcionarios municipales entraron en el lugar y procedieron a su inmediato arresto. El delincuente fue conducido a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, en El Natahoyo.