C. JIMÉNEZ

Disparan imágenes con el lápiz y las plasman sobre el papel fruto de su observación natural y fieles a la realidad. Su retina capta la historia viva de su entorno, de los lugares donde viven y a donde viajan. La diversidad de estilos, herramientas y soportes es su sello identificativo. Como si se tratara de una gran familia, se ayudan mutuamente y dibujan en grupo. Se definen como artistas y se hacen llamar «Urban Sketchers», dibujantes urbanos que realizan su trabajo al aire libre.

Una plaza de Madrid, hace poco más de diez días, fue el último punto de reunión de estos dibujantes urbanos, dispuestos a promocionar aún más esta forma de ocio. Y allí estaba, entre ellos, un representante gijonés: Xuan Martínez. De hecho, el grupo «Urban Sketchers Spain» -versión nacional de una agrupación mundial de dibujantes- se ha organizado en internet y está dirigida precisamente por Xuan Martínez, alter ego en el mundo del dibujo de Juan Carlos Martínez, jefe de parques y jardines del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Gijón.

«Somos reporteros del mundo que nos rodea», explica este ingeniero agrícola de profesión, aunque aficionado al dibujo desde hace varios años. En las páginas del «diario viajero» de Juan Carlos o Xuan Martínez hay rincones de media España que comparten espacio con estampas del puerto deportivo de Gijón, la iglesia de San Pedro o la casa Paquet, realizadas a vuelapluma. El cerro, la playa de San Lorenzo, el parque Isabel la Católica o el Museo Evaristo Valle también han sido retratados por otros «Urban Sketchers» (dibujos que pueden verse en internet), fieles testigos con sus trabajos de los cambios experimentados en la ciudad en los últimos años.

Pero hay más reporteros de trazo rápido con raíz asturiana. Un buen conocedor del arte del ver el mundo a través de un bloc es también el allerano Alfredo González, afincado en Madrid desde hace años. Alfredín, como le conocen en la cuenca minera, está considerado como uno de los maestros del dibujo del instante. Hijo y nieto de mineros, formado en Filosofía y Humanidades con los Dominicos, y desplazado después a Estados Unidos, es todo un clásico en la plasmación de espacios urbanos. De su pluma son también las ilustraciones de libros de Ramón Gómez de la Serna, un volumen conmemorativo del «Poeta en Nueva York» de García Lorca que editó la Universidad de Columbia, o varios textos del fallecido Francisco Umbral, que se refería a él como un «asombroso dibujante que ama el paisaje urbano».

Firma, además, las ilustraciones aparecidas en las dos últimas décadas del siglo pasado en los principales diarios de tirada nacional y revistas como «El Jueves» o «La Codorniz». Por si ello no fuera suficiente ha fabricado una valla gigantesca donde se alzaba el edificio Windsor, con unos trampantojos de casi mil metros cuadrados en los que se ve a viandantes deambulando por Madrid con bolsas de El Corte Inglés. Los «Urban Sketchers» (aunque Alfredo en concreto rehúye de este sello) lo consideran un padre. A sus 77 años todavía conserva muy viva la afición al reporterismo gráfico.

Enamorado de su Asturias natal, este allerano tomó parte de la expedición de 15 grandes de la ilustración en España que viajaron en el «Transcantábrico» en el tramo entre Bilbao y Oviedo para realizar un homenaje gráfico al propio tren. Fruto de aquel trayecto quedan para la historia bellas estampas del paisaje cantábrico donde Alfredo plasma su adoración por el Principado. Aquel crucero sobre raíles también reunió a grandes ilustradores españoles de la talla de Enrique Flores o Jorge Arranz, habituales ambos de las páginas de «El País» y del blog que coordina Xuan Martínez.

Los cuadernos de viaje de Enrique Flores son auténticas obras de arte en las que cada sitio que retrata transmite toda su belleza y encanto. En su web (www.4ojos.com), Flores muestra su impresionante colección de «sketchbooks». Antes de dedicarse por completo a la ilustración trabajó como director de arte en una agencia multinacional de publicidad. En la actualidad trabaja para las principales editoriales españolas y ha publicado un cuaderno de viaje sobre Cuba.

Como Alfredo y Enrique, a Juan Carlos Martínez también le gusta hacer crónica gráfica de lo que ocurre a su alrededor. De sus «clientes» políticos o ciudadanos pocos son los que conocen al dibujante Xuan que disfruta con lápiz y papel de sus momentos de asueto en su residencia de Candanal, en el vecino concejo de Villaviciosa. El discreto «padre» del arte de la jardinería en Gijón prefiere mantener esa faceta en un segundo plano.

Otro de los grandes «urban sketchers» españoles es Jorge Arranz. Madrileño, licenciado en Bellas Artes y Psicología, desde los años 80 viene dibujando varias ciudades (entre ellas, Gijón) sobre las que ha montado exposiciones, ilustrado libros y confeccionado carteles. Sus ilustraciones se han publicado en medios como «El País», «Tribuna», «Interviú», «Vogue» y «Capital». Tanto Jorge como Enrique son devoradores de lugares y cuadernos de bolsillo y ejemplifican a la perfección el arte de pocos trazos. ¿Sus lugares favoritos? «Todos, cualquier rincón es susceptible de reflejar en mi bloc», confirma Juan Carlos Martínez. Tal es el torrente creativo que acompaña a los «Urban Sketchers» que el gijonés ha creado una etiqueta para agrupar en otro de sus blogs aquellos trabajos que le salieron casi espontáneamente: «Estoy que me lo dibujo encima», los llama él. «Es algo que me divierte, me río mucho haciendo esto», cuenta Martínez.

A todos ellos les une el interés por exhibir sus trabajos, pero nunca con fines lucrativos. «Simplemente somos reporteros de una situación concreta», subraya el gijonés. urbansketchers-spain.blogspot.com es ahora su punto de encuentro. «Antes hacía muchas fotos, pero estaba todo el tiempo detrás del objetivo. Ahora aprovecho las oportunidades que me brinda el dibujo. Sacas un papel y antes del primer trazo ya estás rodeado de gente», cuenta Juan Carlos, satisfecho de esa faceta del dibujo como elemento de socialización.

Entre los «Urban Sketchers» existen todo tipo de perfiles. Hay dibujantes profesionales y diseñadores gráficos, pero también ingenieros, arquitectos, aparejadores, diseñadores de moda y jubilados. Cualquier persona con una mínima afición por este arte puede formar parte del grupo. Su único requisito: el dibujo del directo. La técnica y la herramienta es libre.

En todo el mundo son ya centenares de dibujantes reporteros y sus encuentros, como el de Madrid, no tienen más afán que «promocionar el dibujo», subraya Martínez. «Aquí no hay distingos, prima el buen rollo. Se trata de animar a la gente a dibujar». De momento Xuan Martínez es el único que integra la sección asturiana del colectivo. Le gustaría tener un equipo para hacerse acompañar en uno de esos momentos en que dice que «se lo dibuja encima». Y estar así, siempre, de vuelta con el cuaderno.