J. M. CEINOS

Desde ayer al mediodía, en que fue inaugurado, un «libro» de granito negro recuerda a las 1.934 «víctimas de la represión franquista, luchadores por la libertad y defensores de la dignidad humana», como reza en una placa colocada en una de sus «páginas», que reposan en la fosa común del cementerio municipal de El Suco (Ceares). Frente a un bosque de banderas de la II República, de la que ayer, 14 de abril, se conmemoró el 79.º aniversario de su proclamación, la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, presidió el acto de inauguración del monumento a la memoria de las víctimas de la represión franquista, al que acudió una amplia representación del gobierno de coalición que preside, así como familiares de quienes yacen en «este rincón de la memoria», como definió al monumento, obra del arquitecto Carlos Aybar, Jesús Montes Estrada, portavoz del grupo municipal de IU-BA-LV y tercer teniente de alcalde.

Aprovechó su intervención Montes Estrada para pedir «solidaridad» con el juez Baltasar Garzón y «destapar a esa pléyade del Tribunal Supremo que quiere tapar los asesinatos del franquismo». También tuvo un recuerdo Montes Estrada para Juan Ángel Rubio Ballesteros y Daniel Palacio Fernández (ambos ya fallecidos y el segundo marido de Paz Fernández Felgueroso), a quien el tercer teniente de alcalde atribuyó ser defensores de la memoria de la fosa común de El Suco en pleno franquismo. Otro recuerdo de Montes Estrada fue para Rafaela Lozana, madre de un joven fusilado, quien en los años cincuenta encabezó una protesta para paralizar las exhumaciones de los restos de la fosa común.

Montes Estrada, asimismo, reivindicó que el Ayuntamiento de Gijón retire las medallas de oro concedidas en su día a destacados franquistas y recordó que en el concejo de Gijón hay «más fosas como ésta en Jove, Tremañes, Porceyo, Cenero, Serín y La Camocha».

El acto, al que, entre otros, acudió Jesús Iglesias, coordinador general de IU de Asturias, comenzó a los sones de «La marcha de Antón el Neñu», interpretada por un gaitero a quien siguió Eladio de Pablo leyendo dos poemas.

La historiadora Enriqueta Ortega, que participó en las labores de investigación para determinar la identidad exacta de los hombres y mujeres enterrados en la fosa común, consideró que con la inauguración del monumento la fosa «pasa de tumba anónima a sepultura que dignifica a los aquí enterrados y 1.934 personas recobraron su identidad». Por ello, afirmó la historiadora, «el Ayuntamiento saldó la deuda que tenía con los que murieron por defender la República».

«Corresponde ahora restaurar la verdad», dijo, por su parte, el edil Pedro Sanjurjo González en representación del Grupo municipal Socialista. Por ello, «cumplimos una obligación ética y cívica», recalcó el concejal socialista, «al reconocer a las víctimas de una represión planificada».

En el monumento se recogen los nombres de los fusilados por aplicación de sentencia, de los fallecidos en prisión y en el campo de concentración de El Cerillero y de los «paseados» a partir de la entrada de las tropas nacionales en Gijón, el 21 de octubre de 1937. De las 1.934 personas que yacen en la fosa común (que está dividida en cuatro zonas), 52 son mujeres y 700 tenían menos de 30 años de edad cuando murieron.

«Celebramos un acto de justicia que venían reclamando familiares de quienes están enterrados en la fosa común», afirmó, en su turno de intervención, la Alcaldesa de Gijón, para quien el monumento es «un libro de historia trágica», pero que «era necesario e imprescindible».

Tras varios vivas a la República, se colocó a los pies de una de las paredes del monumento una corona de laurel con una cinta con los colores de la bandera de Gijón. Y el gaitero puso punto final interpretando el «Asturias, patria querida» y el «Himno de Riego», que fue el oficial de la Segunda República Española.

Por la tarde, a las seis y media, también en la fosa común de El Suco, decenas de personas participaron en la tradicional ofrenda floral que organizan el Ateneo Obrero y la Sociedad Cultural Gijonesa. Más tarde, poco después de las ocho, de la plaza de El Humedal salió una manifestación convocada por catorce entidades ciudadanas y culturales, sindicatos y partidos políticos. La marcha, por la III República, terminó en la plaza Mayor.