R. G.

Una casa abandonada era el destino final de los efectos que sustraía de vehículos de la calle de Mata Jove, en el barrio de La Calzada, un delincuente habitual de 36 años. El hombre fue detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, tras ser alertados por un testigo, cuando estaba en el interior de una furgoneta a la que había accedido tras fracturar la ventanilla triangular delantera con un martillo pequeño. Ya detenido el presunto ladrón, que tiene varios antecedentes policiales, los agentes revisaron los coches de los alrededores hasta encontrar otra furgoneta que había sido asaltada. El ladrón declaró que los efectos de los que se había apoderado esa noche en el robo inicial estaban guardados en una casa abandonada, y de próxima demolición, que usaba como domicilio provisional.