C. JIMÉNEZ

Un proyecto ambicioso, realista y alcanzable a dos años vista. El equipo de medicina intensiva del Hospital de Cabueñes prepara una iniciativa pionera en España para avanzar la gestión clínica del paciente crítico. Su planteamiento es el de una «UVI sin fronteras, atendiendo al paciente allá donde esté», explica el doctor Santiago Herrero. Para poner en marcha esta nueva área de gestión clínica aportan la formación «sólida y multidisciplinar» del staff de medicina intensiva, que suma 33 años al servicio del Hospital de Cabueñes.

El paciente crítico es el que presenta una alteración en la función de uno o varios órganos que puede comprometer su supervivencia en algún momento de su evolución. La finalidad principal de esta área de gestión es dar continuidad asistencial al enfermo, sin ninguna interrupción de su orientación diagnóstica, bien sea desde el propio box de urgencias, en cuidados intermedios, en la unidad de cuidados paliativos o en planta, cualquiera de ellos son puntos de intervención para este nuevo servicio. «El paciente crítico está en todos lados. Queremos llegar antes de que se dé una situación catastrófica», subraya Herrero.

Lo novedoso de este proyecto es que se pretende llevar al enfermo en estado terminal a una situación «más adaptada a la realidad». ¿El resultado? Que la persona llegue a un final de confort, recibiendo la mayor atención posible. Señalan, además, que no es necesaria ninguna infraestructura hospitalaria nueva, sino que se trata de aprovechar el conocimiento de los intensivistas para que éstos desarrollen su labor fuera de la UVI, atendiendo cualquier eventualidad en otras áreas: de la UCI a la unidad de hemodinámica o los pacientes con politraumatismos que llegan a urgencias. «A nivel extrahospitalario también podríamos establecer línea directa con otros hospitales y el SAMU para resolver cualquier problema de forma conjunta», indican desde el servicio de medicina intensiva.

Esta nueva área de gestión clínica también podría realizar seguimiento de los pacientes que han salido de la UVI y que siguen en el mismo hospital, que han sufrido fracaso múltiple de órganos o que evolucionan de forma anormal. «Nuestro objetivo es que ningún intensivista esté como médico de guardia. Queremos avanzar hacia una autogestión del servicio porque hasta ahora el coste del paciente crítico resultaba muy difícil de evaluar», concluye Santiago Herrero en su razonamiento sobre la viabilidad del proyecto.