R. GARCÍA

Varios trabajadores afectados por el cierre de la empresa Supermercados Oblanca han denunciado ante la delegación de Gijón de la Agencia Tributaria la existencia en la empresa de «doble contabilidad». Según estos ex empleados, los ingresos no declarados por la empresa asturiana habrían ascendido a los 500.000 euros entre los años 2004 y 2008. Este dinero fue obtenido por los responsables de la empresa, sobre todo, durante la campaña de ventas navideñas. Conociendo estos datos aportados ahora al caso, los afectados por los despidos mantienen que es «difícil entender» el proceso de regulación de empleo al que se vieron sometidos tras el cierre de los supermercados.

En la denuncia los trabajadores despedidos mantienen que «durante el período de Navidad se incrementaban considerablemente las ventas no declaradas». Entre 2004 y 2009 estas ventas navideñas no declaradas ascendieron a 254.000 euros. Ante la Agencia Tributaria los afectados aseguran tener facturas acreditativas de todas las acusaciones.

Este periódico se puso ayer en contacto con los representantes legales de la entidad. Los abogados de la firma han declinado hacer ningún tipo de declaración acerca de un asunto que se encuentra inmerso dentro de un procedimiento judicial y de un concurso de acreedores.

La empresa Supermercados Oblanca contaba en el momento del cierre con 65 empleados repartidos en cinco tiendas abiertas en Somió, Viesques, la calle Corrida, la calle Alfredo Truán y la calle Ezcurdia. La cadena llegó a tener en el momento de máxima expansión diez tiendas.

En el momento del cierre la empresa presentó un concurso voluntario de acreedores ante el Juzgado de lo mercantil de Oviedo. La deuda reconocida en ese momento ascendía a 2,8 millones de euros. El 30 de junio el magistrado encargado del caso admitió el concurso. El administrador único concursal designado por el juez es el abogado ovetense Fernando Arancón. Entre estos acreedores figuran los trabajadores despedidos que ahora denuncian la doble contabilidad de la empresa. La empresa no les ha pagado dos nóminas, la de junio y la extra de verano y además les adeuda los atrasos correspondientes a la subida salarial de 2008. Estos empleados fueron despedidos tras el cierre de la empresa con una indemnización de veinte días por año trabajado.