Á. CABRANES

«No os fiéis de la imagen que dan las series de televisión sobre la Policía, en la que un solo agente investiga el caso, identifica las pruebas, analiza balística y termina arrestando al sospechoso. Es irreal, aquí prima la especialización». Las palabras del inspector jefe José Eduardo Collado no iban dirigidas ayer a sus actuales compañeros de la brigada científica de la Comisaría de Gijón, sino a los futuros. Un centenar de universitarios descubrieron en el aula magna de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Viesques algunas de las tecnologías utilizadas por el Cuerpo Nacional. Herramientas útiles con vistas a un futuro profesional en el que «todos tenemos cabida».

«El paso del tiempo nos ha llevado a evolucionar en nuestras técnicas de investigación. Si a principios de siglo el servicio de identificación de la Policía se basaba en fotografías y huellas dactilares, ahora son necesarios biólogos, químicos e ingenieros para el trabajo criminalístico», explica José Eduardo Collado ante un foro que asume sus palabras como un reto. El inspector jefe de la brigada científica de Gijón se ayuda de imágenes en las que van apareciendo falanges mutiladas y cráneos perforados para documentar sus argumentos. «A veces nos encontramos con cuerpos en avanzado estado de putrefacción, a los que es necesario aplicar tratamientos regenerativos para identificarlos», advierte Collado ante las miradas de los universitarios.

Ante la mirada de Francisco López Canedo, jefe de la Comisaría de Gijón; Miguel Ángel Gil, inspector del grupo de delincuencia económica y tecnológica, toma el testigo en la conferencia para hablar sobre los delitos informáticos. «Aunque el índice de criminalidad en internet es muy bajo, es importante que cada vez que se detecte una irregularidad, se informe a la Policía. Hablamos de injurias vertidas en blogs o redes sociales, sustracción de cuentas de correo o fraudes a través de la banca virtual. Para detener al sospechoso siempre es más útil contar con la colaboración del máximo número de afectados, porque estos delitos suelen realizarse en cadena», asegura Gil. Los consejos del inspector de delincuencia económica van más allá y propone «no aceptar suculentas propuestas de trabajo que nos lleguen por correo electrónico; teclear siempre la dirección de nuestros bancos en la red, evitando usar enlaces y dudar de las "gangas" a la hora de comprar algún material. Porque al final, nos puede costar caro». Los bolígrafos echan humo sobre el centenar de libretas que sujetan los alumnos del aula magna de Ingeniería para no olvidar las advertencias policiales.

Es entonces cuando se abre el turno de preguntas, y los universitarios plantean a los expertos cómo será su futuro si se encaminan a formar parte del Cuerpo Nacional de Policía. «¿Se valora haber estudiado Criminología?», pregunta una de las asistentes. «Por supuesto. Toda diplomatura y licenciatura es importante a la hora de entrar y poder evolucionar dentro de la Policía», contesta Collado. Miguel Ángel Gil amplía la información. «Aunque la corporación ejecutiva está formada en su mayoría por licenciados en Derecho, también figuran personas con otros estudios superiores». Las dudas continúan, en el caso de haber cursado estudios en el campo de Telecomunicaciones. «Todo conocimiento es bien recibido y adelanto que en esta profesión no se vive mal», zanja para ganar adeptos Gil.