Eloy MÉNDEZ

La construcción del acceso desde Tremañes a la futura Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (ZALIA) se ha convertido ya en un conflicto de intereses. Por un lado, los socios del Club de Tiro Ensidesa Gijón han presentado alegaciones para que no se apruebe una de las tres propuestas presentadas para el proyecto, que acabaría con el treinta por ciento de las instalaciones de su campo de entrenamiento. Por el otro, los responsables de la Sociedad Mixta de Gestión y Promoción del Suelo en Asturias (Sogepsa) han llevado también ante la consejería de Infraestructuras otro informe para solicitar que se rechace la alternativa de construir la futura carretera sobre unas parcelas del polígono de Lloreda, donde tienen previsto levantar naves industriales. Una pugna que deberá resolver finalmente el gobierno del Principado.

«El trazado inicial que se había diseñado no afectada al Club de Tiro, lo rozaba tangencialmente sin ninguna repercusión para nosotros, pero como consecuencia de las alegaciones presentadas por Sogepsa, adoptando la postura del fuerte sobre el débil, expulsó de sus terrenos dicho trazado y lo redirigió a los nuestros», explica el presidente de la sociedad afectada, Eduardo Fernández. Esta nueva situación ha motivado que, en las últimas semanas, los socios del club hayan presentado 316 alegaciones individuales tanto ante la consejería como ante el Ayuntamiento. Además, el máximo dirigente de la entidad ha mantenido una reunión con el redactor del proyecto y con el edil de Urbanismo, Pedro Sanjurjo. «El primero me dijo que era fácil técnicamente aceptar nuestra propuesta, pero que se requería de voluntad política. El concejal me mostró todo su apoyo, aunque hasta la fecha no hemos conseguido nada», dice Fernández.

Una visión muy distinta mantienen en Sogepsa. Según un portavoz de la sociedad autonómica, «lo que nosotros hacemos es defender nuestros intereses, pero no pretendemos hacer daño a nadie, simplemente evitar que una carretera acabe con una parcela destinada a acoger una zona industrial que está aprobada y que ya está siendo urbanizada». Esta parcela forma parte del polígono de Lloreda, próximo al de La Peñona, de donde partirá el acceso hasta la Zalia y que gestiona Sepes, entidad de suelo estatal dependiente del ministerio de Vivienda.

«Está claro que una de las alternativas nos afecta a nosotros y que, otra, afecta al campo de tiro. Ahora sólo falta que el órgano competente decida cuál se va a ejecutar», señala el mismo portavoz de Sogepsa. Sin embargo, existe una tercera opción que los socios del Club de Tiro estarían dispuestos a aceptar, ya que no afectaría a sus terrenos. «Lo único que pedimos es que se haga el trazado que pasa junto al campo, pero que no nos come terreno», señala Eduardo Fernández. Aún así, esta propuesta también supondría cambios para los miembros de este club, que tendrían que restringir parte de su actividad, en función de las medidas de seguridad fijadas legalmente.

La pelota está ahora en el tejado de la consejería de Infraestructuras, encargada de la construcción de la carretera. Si finalmente opta por la alternativa que perjudica al Club de Tiro, esta sociedad perderá todas sus instalaciones de IPSC, conocidos popularmente como recorridos y destinadas al entrenamiento de agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, militares y escoltas de compañías privadas de seguridad. Además, también se quedará sin parte de una de sus galerías, que en la actualidad mide 200 metros. Si, por el contrario, el gobierno regional se decanta por construir la vía sobre los terrenos del polígono de Lloreda, Sogepsa no podrá construir las naves industriales proyectadas y que ya se encuentran en fase inicial. Una opción intermedia podría satisfacer a ambas partes, aunque también podría acarrear perjuicios. La decisión se tomará de manera inminente, ya que el proyecto definitivo debe estar finalizado a principios de 2011.