A. RUBIERA

«Sin trabajo y sin estudios, vaya mierda de futuro». Es la cruda pancarta que a primera hora de la tarde de ayer se afanaban en pintar un grupo de alumnos del Bachillerato nocturno del IES Padre Feijoo. La misma que poco tiempo después desplegaron en las vallas de la zona deportiva, para que la vieran bien todos los vecinos de La Calzada. Los estudiantes quieren que el barrio -y otros más de la zona oeste- se sumen al enfado que los sacude desde que supieron por sus tutores que la Consejería de Educación ha decidido suprimir una de las dos ramas (la de Ciencias y Tecnología) del Bachillerato nocturno que se imparte en el Feijoo. Una modalidad de estudios presenciales en horario tarde-noche que posibilita que alumnos de un perfil bastante distinto al clásico de los institutos retome sus estudios o alcance una promoción educativa y formativa que ya daban por perdida.

El mismo enfado que los estudiantes, aunque en versión más fina, lo tiene el claustro, donde no se entiende que Gijón pueda perder uno de los dos únicos puntos donde hasta ahora se podía cursar esta modalidad nocturna. Según la decisión que les comunicaron portavoces de la Consejería, en el IES Padre Feijoo se quedarán sólo los alumnos del Humanidades y Ciencias Sociales, para concentrar en El Coto (el IES Calderón de la Barca) el de Ciencias. La comunidad escolar teme que la supresión de una rama pueda ser, a la postre, la desaparición total del nocturno en La Calzada.

«Esa decisión sólo puede entenderse bajo criterios economicistas. Es cierto que no son estudios rentables, y también que hay que optimizar recursos, pero ¿es imprescindible empezar recortando recursos a los más desfavorecidos? La Calzada es un barrio deprimido y en el que se ha cebado la crisis, y un síntoma de ello es la demanda creciente de matriculación en Bachillerato (se triplicó la demanda de matrícula en los últimos años). ¿Hay que hundirlo aún más? Llevamos años llenándonos la boca con la "atención a la diversidad". ¿No es un buen ejemplo de atención a la diversidad un Bachillerato diseñado para personas que trabajan, o que perdieron la oportunidad en su día, o para quienes se perdían en el Bachillerato diurno porque necesitaban una atención más personalizada?». Por esas causas, explicadas al Consejero en una carta que firma el claustro, no pueden por más que pedir a las autoridades que «reconsideren una decisión» que puede provocar que algunos alumnos de nuevo arrojen la toalla de la formación. «Y eso es algo que ahora no podemos permitirnos», en ello insisten los docentes.