Á. C.

«Dalí ha sido el personaje con el que más me identifico de todas las obras que he representado. Fue una figura insólita y, como tal, venerada en muchos países. Todos menos España, donde por proximidad lo valoramos como un excéntrico». Albert Boadella descubre una de sus debilidades en lo personal, sin olvidarse de incluir un reproche nacional. Este catalán de 66 años siempre ha sido muy crítico con lo sucedido en el país en muchos aspectos, algo que continúa presente en su forma de entender el arte: «Vivimos unos momentos en los que los gobiernos se han convertido en una especie de mecenas de la cultura. La convivencia entre ambos ámbitos no es buena, porque a la hora de actuar con libertad parece que hay que pagar un cierto tributo de vasallaje. Los estados se han convertido en los patrones de los ciudadanos, también en lo cultural. Y este proteccionismo ha llevado a que, cada vez más, suba el nivel de la mediocridad».

Albert Boadella, que tiene en la tauromaquia otra de sus pasiones, también es crítico con el ataque y persecución que sufren las corridas de toros en su comunidad natal. «Pienso que se logrará abolir los toros en Cataluña en un plazo de dos años. Y eso es de una ignorancia tremenda, porque cuenta con una larguísima tradición mediterránea. Su desaparición no está motivada porque se quiera proteger a los animales, sino porque se ha establecido una paranoia antiespañolista».