Pablo GALLEGO

La Universidad de Oviedo se tiñó ayer de marrón, el color académico de los estudios de ingeniería. El motivo, el nombramiento de los primeros doctores honoris causa de la Escuela de Minas: Andrzej Karbownik, Paul Younger y Juan Carlos Torres Inclán. Un acto, celebrado en el Paraninfo del edificio histórico, que sirvió para destacar el medio siglo de vida de los estudios superiores de Minas en Oviedo y la importancia de invertir en «conocimiento e innovación» si España quiere salir cuanto antes de la crisis.

El himno «Veni, Creator Spiritus» abrió un acto tan solemne como poco habitual. Con fórmulas y vestimentas propias de la tradición universitaria, y que ahora se reservan para las solemnidades de la institución. Los claustrales, revestidos con mucetas y birretes de sus respectivos colores académicos, recibieron a los tres candidatos al honoris causa, el máximo honor concedido por la Universidad: Karbownik, rector de la Universidad de Silesia (Polonia) y artífice de la reconversión minera del país; Younger, reconocido experto en el tratamiento de aguas de mina y con una dilatada relación con Asturias, y Torres Inclán, presidente del consejo de administración de Duro Felguera.

El rector de la Universidad de Oviedo fue el encargado de imponer a cada doctorando su birrete como «corona de estudios y méritos». Sus padrinos les entregaron los atributos de su nuevo honor académico: el «Libro de la Sabiduría», el anillo para «sellar y formar dictámenes» y un juego de guantes blancos, símbolo de «fortaleza y altísima dignidad».