Miriam SUÁREZ

Las principales obras de la ciudad afectan cada día a 37.900 vehículos. En las horas punta esa cifra supera los 41.000 coches. Pensando en que la época estival agravará la situación, el Ayuntamiento ya prepara un plan de actuación para evitar colapsos en las zonas más problemáticas. A los responsables municipales de tráfico les preocupa muy especialmente la avenida de Castilla y el entorno del puente del Piles.

Desde el pasado mes de enero este eje urbano tiene dos de sus cuatro carriles de circulación cortados por obras. Su reforma obliga a desviar diariamente a 10.000 conductores. Se calcula que durante el verano la playa de San Lorenzo o actividades como la Feria de Muestras aumentarán un 40 por ciento el tráfico en la zona. Desde el Ayuntamiento se admite que «el trastorno será importante, porque en la avenida de Castilla y el puente del Piles no hay muchas alternativas para reorganizar el flujo de coches».

Lo más probable es que «intervengamos en las horas punta con policías y conos, para ir abriendo o cerrando carriles en función de las necesidades del tráfico». También cuentan con que la avenida de El Molinón y la calle de Luis Adaro «ayudarán» a aliviar la presión del tráfico. Su apertura, después de estar un año fuera de servicio debido a la remodelación del estadio rojiblanco, es inminente.

El tajo de la avenida de Castilla forma parte de un programa de regeneración urbana que también tiene levantado el pavimento de Ramón y Cajal y Salvador Allende. Por el primer vial circulan, de media, 14.900 vehículos diarios, 6.700 en dirección a Ceares y 8.200 en dirección a Los Campos. En el segundo se está desviando a los conductores que solían entrar desde la avenida de Oviedo hacia la Carretera Carbonera, unos 3.000.

Entre los proyectos que interfieren en el tráfico de la ciudad también figuran los aparcamientos subterráneos de la plaza del Parchís o del paseo de Begoña, así como la estación provisional que se construye a orillas de la avenida de Sanz Crespo. Esta prolongación urbana de la autopista «Y» movilizaba 10.000 vehículos al día, que ahora entran y salen de la ciudad por la avenida de Portugal «o incluso por la Constitución». Tras cinco meses de obras, «la gente se va acostumbrando», nota el Ayuntamiento.