R. GARCÍA

La crisis económica que ha sacudido durante los últimos años al sector del ladrillo no sólo afecta a las empresas de la construcción. Nadie se libra de la mala racha. Ni los constructores, ni otros profesionales al frente de negocios íntimamente relacionados con la vivienda. Es el caso de los decoradores. Uno de ellos, el gijonés Miguel Rivas, se ha decantado por sumar a su condición de decorador la de emprendedor dispuesto a dar «algo más». Su receta anticrisis le llevó a montar en Gijón una empresa diferente y con vocación de futuro en la que «el cliente decide».

La inspiración de Rivas llegó escuchando la radio. «En una entrevista escuché a un empresario que decía que había dos formas de crecer y abrirse camino. Una era haciendo lo mismo pero más barato y la otra observando lo que había en el mercado y viendo de que forma podíamos mejorarlo», explica. Rivas se decantó por la segunda opción y surgió Fucsia. Su empresa, en la que trabajan varios interioristas de la región, estudia detenidamente cada caso y ofrece a cada cliente «un diseño profesional y la libertad para que valore lo que cuesta la obra». Estos creadores pretenden dejar de mano del cliente las decisiones importantes. En el proyecto que entregan a quienes les contratan se indica como hay que llevar a cabo la reforma del piso o del local y se da el abanico de precios que existe en el mercado. La decisión de cuál escoger es del cliente. «Con el proyecto en la mano puedes ir a elegir a quién más te convenga», concluye Rivas. Y añade: «de esta manera se aporta un nuevo valor. La situación no es buena económicamente hablando y hay que dar opciones».

Pero ¿la función de un interiorista va más allá de una obra? Miguel Rivas lo tiene claro: «Hay que ofrecer un servicio de dirección de obra para aquellos que lo necesiten». Lo fundamental en estos casos es que se respete el diseño ideado para cada uno de los casos estudiados.

El apoyo de las nuevas tecnologías también es importante. No en vano desde Fucsia han invertido en una web acorde a sus intereses. El acercamiento al cliente joven también llega a través de un cómic explicativo de su trabajo.