M. SUÁREZ

El Salón del Libro Iberoamericano de Gijón le ha puesto punto y final a su décimo tercera edición. Escribía su último capítulo de este año con la celebración de un recital de poesía internacional, en el que participaron escritores de México y Guatemala a través de videoconferencia. Las nuevas tecnologías consiguieron materializar los vínculos emocionales y literarios que unen a los países de lengua española.

En el Centro de Cultura Antiguo Instituto, se dieron cita Alejandro Céspedes, Eloy Santos y Carmen Yáñez. Desde Guatemala, llegó la voz de Emilio Solano, Maya Cu, Alejandra Flores y Ángel Elías. Y, en México, estaban Elvia Rosario López Zarate y Carlos Nava. Todos ellos con amplia experiencia poética. El recital estuvo coordinado por Jesús Fernández.

Se trató de «un acto especial», en palabras de la organización, «por lo novedoso». Era la primera vez que tenía lugar algo así en el Salón del Libro Iberoamericano de Gijón. El recital de poesía, colofón de un programa que incluía casi una treintena de actividades, sirvió como clausura de cinco días de literatura y debate.

El certamen arrancaba el pasado miércoles, con el bicentenario de las independencias iberoamericanas como tema central y el reto de analizar los efectos que las nuevas tecnología están teniendo sobre el consumo de literatura. Preocupa el hecho de que «uno pueda descargar en Google cualquier libro por dos euros». Los desafíos tecnológicos y el recorte presupuestario -las subvenciones menguaron un 25 por ciento debido a la crisis económica- no restaron intensidad a un evento que ya se ha convertido en referente cultural.

El escritor Luis Sepúlveda, alma máter del Salón gijonés, no hará balance hasta dentro de unos días, cuando se hayan podido cotejar todos los datos de esta edición. Por lo pronto, el certamen ha logrado reunir a 42 escritores de Europa e Iberoamérica, entre ellos, los ganadores de algunos de los premios más importantes de la literatura.