J. L. A.

Los tráficos de contenedores acumulados en el primer trimestre de este año por El Musel alcanzaron los 8.235 teus (unidades de veinte pies), lo que significa un crecimiento del 32,50 por ciento respecto al mismo período de 2009, un dato excelente si tenemos en cuenta que la crisis económica aún ensombrece la mayor pare de los balances portuarios. Y han sido esas cifras las que han permitido a la terminal gijonesa empezar a competir con las principales dársenas de su entorno al poder reducir el precio de transporte por contenedor.

El Musel ya no es tan sólo un puerto concentrado exclusivamente en sus tráficos de graneles sólidos, aunque mantenga ese liderazgo nacional. Su movimientos de contenedores han permitido a navieras y empresas comercializadoras fijar unos fletes muchos más competitivos, similares a los de las dársenas cantábricas con mayor especialización en mercancía general, y anular así su histórica desventaja respecto a puertos como el de Bilbao, Vigo o Marín, explicaron fuentes portuarias.

Esa bajada de los fletes ha sido posible porque navieras y comercializadoras han podido reducir el precio unitario al aumentar el volumen del tráfico de contenedores. El Musel empieza a consolidarse como un puerto de mercancía contenedorizada en su «hinterland» (espacio de influencia), es decir, en Asturias, León, Zamora o Salamanca. «Históricamente se decía que Gijón era un puerto caro y la razón era esta: se movían tan pocos contenedores que el precio unitario era más alto que por otros puertos del Cantábrico», explicó un portavoz del Puerto. Y añadió: «La consolidación del número de contenedores (teus) es ya lo suficientemente grande como para que la naviera y las empresas comercializadoras tengan esos precios».

Los fletes eran considerablemente más altos en El Musel que en Bilbao, por ejemplo, por lo que muchos empresarios asturianos optaban incluso por pagar los 600 euros que cuesta transportar por carretera un contenedor hasta el principal puerto vasco. Las empresas del Principado y de Castilla y León empiezan a apostar por la terminal gijonesa al encontrarse con fletes similares a los de las otras dársenas del Norte, pero con la ventaja, por otra parte, de que abaratan el precio de su mercancía al ahorrarse gastos de transporte por carretera.

Son esos fletes los que hacen que un puerto sea o no competitivo. Por eso las grandes radas de contenedores, caso de las de Algeciras o Valencia, en España, pueden ofrecer mejores precios. Es el incentivo que marca las diferencias porque, en realidad, las tasas portuarias son iguales por ley para todos. Los costes de terminal, estiba, remolque, amarre y practicaje no acumulan grandes diferencias entre las distintas dársenas. El Musel ha añadido un atractivo más. Tiene seis líneas regulares que permiten a Asturias enlazar con puertos de todo el mundo: hasta 250 países. Según las informaciones a las que ha accedido este diario, un contenedor de 40 pies (12 metros) viaja de Gijón a China por 1.200 dólares de flete; uno de 20 pies (6 metros) llegará a Emiratos Árabes por 1.350 dólares, y por 50 dólares menos a América Latina. El transporte a África (Camerún) cuesta 1.600 euros.