R. VALLE

Un curso puente de seis meses permitirá a los actuales diplomados en Gestión y Administración Pública alcanzar la condición de graduado, un nivel de titulación que comenzará a impartirse en Gijón el próximo curso. Esta opción se incluye dentro de un itinerario docente que será aprobado por el Consejo de Gobierno de la Universidad de Oviedo en su reunión del próximo jueves y que fue adelantado ayer por Rafael Pérez, decano de la Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales «Jovellanos» de Gijón. «Así que el año que viene ya habrá graduados en Gestión Pública», explicó satisfecho Pérez en el acto de presentación del libro «Modelos de crecimiento urbano», que es el compendio de los trabajos presentados en el último seminario sobre Gestión Pública Local, que cuenta con la organización de personal de la entidad universitaria gijonesa.

Pérez vinculó al buen trabajo realizado por el profesorado y alumnado de esta especialidad el hecho de que la Universidad acabará optando al final por Gijón para impartir las enseñanzas del nuevo grado de Gestión y Administración Pública. Una titulación por la que también se pugnaba desde Oviedo y que comenzará a impartirse en la Facultad gijonesa en el próximo curso. Pérez mostró su ilusión en que este nuevo grado se pueda convertir en el primer paso para un futuro máster en Administración Local en la Facultad «Jovellanos».

Pérez también aprovechó su intervención pública en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Gijón para mostrar el inequívoco compromiso de la entidad con este seminario sobre gestión pública que se lleva desarrollando en la ciudad desde hace quince años. Si el año pasado el tema a debate fueron los modelos de crecimiento urbano, para la próxima edición ya se plantea una reflexión sobre los nuevos modelos de organización de la administración local. Y no sólo por la mayor influencia de la utilización de las nuevas tecnologías. Santiago Martínez Argüelles, profesor universitario que ahora ejerce como edil de Coordinación Administrativa en el Ayuntamiento de Gijón, adelantó que «vamos a dejar de ser una administración autorizante para ser una administración inspectora, que confía en el ciudadano y el controla a posteriori».