E. M.

Modesto Conde, Floreal Vega y Lucinda Sanchidrián estuvieron ayer arropados por representantes de colectivos de emigrantes a nivel nacional, que se sumaron a la celebración de la primera década de vida de AEERA. «Este homenaje es un acto de dignidad hacia unas personas que son como árboles que intentaron echar raíces en otro lugar y descubrieron que eso es imposible», señaló la presidenta de la Federación Española de Asociaciones de Emigrantes Retornados, Juana María Sánchez, tras narrar su experiencia en Francia, a donde llegó desde un pueblo de Almería. Por su parte, el presidente de la Coordinadora Europea de Asociaciones de Españoles en el Exterior, Francisco Rodríguez, puso de ejemplo Suecia -el país en el que vive desde hace décadas- como modelo de «respeto a la diversidad cultural». Por su parte, la viceconsejera de Seguridad y Emigración, Teresa Ordiz, y la concejala de Servicios Sociales, Esperanza Fernández, coincidieron en pedir a los presentes que hagan «pedagogía desde vuestra vivencia» para favorecer la integración de los inmigrantes. La jornada se cerró con una comida campestre con sidra y bollos preñaos en el Pueblo de Asturias del recinto ferial.