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-Dentro de su producción, ¿con qué obra inició el camino editorial?

-Era un relato corto, titulado «Les aventures de Xicu y Ventolín», dirigido a los niños. Al escasear la literatura para chavales tuvo muy buena acogida.

-¿Y a partir de ahí...?

-He publicado más de veinte obras en bable, y otras dos novelas en castellano, «Relato de las aventuras de Inés Saldaña», y «El barco de los locos». En la actualidad tengo un tercer trabajo en castellano, «La hija de la leona», que va a poner en el mercado una editorial colombiana.

-¿Por qué se ha ido tan lejos?

-Me habían invitado a participar en un congreso de Literatura Infantil y Juvenil, organizado por la Universidad de Bogotá. Al mismo tiempo que les comunicaba mi imposibilidad de asistir les ofrecí una novela, y aceptaron. Está a punto de ver la luz.

-A propósito, acaba de celebrarse el Salón del Libro Iberoamericano, podrían invitarle...

-Sí. Les deseo muchos éxitos.

-¿Qué temas son sus preferidos a la hora de escribir?

-Me gusta mucho la novela histórica, pero sé que es muy difícil por la cantidad de investigación que requiere. Así que prefiero la ficción aunque ésta se apoye en hechos históricos. En realidad escribo muchos ensayos sobre cultura asturiana, lo que llamamos «surdimientu».

-¿Cómo?

-Significa resurgimiento; el resurgimiento de la literatura asturiana, que supone una ruptura con todo lo anterior.

-¿Con qué disfruta, aparte de su dedicación al bable?

-Veo mucho cine, pero en casa. Voy a nadar dos días a la semana al Club Santa Olaya, y paseo por esta ciudad maravillosa. Me gusta la gastronomía asturiana, y la sidra, aunque más en verano y si es posible, en el prau, claro.

-Da la impresión de que todo movimiento favorable a la Llingua, conlleva una ideología de izquierdas...

-Yo siempre he votado a algún partido de ideología asturianista, y pienso seguir haciéndolo en un futuro. Pero me gustaría que todos los grupos se unieran para formar un partido fuerte que tuviera presencia y peso en el Parlamento Asturiano, en la Junta General del Principado. Y no, no todos los asturianistas son de izquierdas, como demuestra la coalición de Xuan Xosé Sánchez Vicente y Sergio Marqués, por ejemplo.