R. GARCÍA

Ángel Luis Campo Izquierdo, juez de familia de Gijón, asegura que la figura de la custodia compartida debería ser «una regla fundamental» y no una «excepción» en los procesos de divorcio. El magistrado acaba de dictar un auto pionero en Asturias en virtud del cual los dos hijos de una pareja de funcionarios gijoneses en trámites de divorcio serán a partir de ahora los «propietarios» de la vivienda familiar y sus padres harán uso de ese domicilio en períodos alternos. De esta manera se evita que los menores tengan que desplazarse periódicamente a los nuevos domicilios de sus padres. Para Ángel Luis Campo este caso era «de los de libro» por «la buena relación que había entre los padres, sus posibilidades económicas y las jornadas laborales de las que podían disfrutar cada uno de ellos».

Para este juez gijonés, la legislación española en materia de divorcios y separaciones debería modificarse: «La custodia compartida más que un avance es un objetivo al que deberíamos llegar entre todos y para ello de aquí a un año debería existir una norma que recogiese esta figura como prioritaria». «Los dos cónyuges que se divorcian en una pareja son padres de su hijo y tienen que tener los mismos derechos sobre el niño siempre y cuando la relación sea buena», concluye Campo. El gobierno del Principado de Asturias no puede llevar a cabo ninguna reforma legislativa en este sentido, ya que la justicia no está transferida a la administración regional. Las comunidades autónomas con fueros propios, como Aragón y Cataluña, ya han aprobado una regulación que permite la custodia compartida. El resto se encuentra a la espera.

Piedad Liébana Rodríguez, juez de familia de Oviedo, comparte en los fundamental la opinión de su colega gijonés, aunque esta magistrada matiza que «hay que valorar cada caso de manera particular, no se puede generalizar en estos temas». A pesar de estas reticencias, Piedad Liébana se muestra favorable a la aplicación de la custodia compartida: «Me parece que es una figura básica porque ambos progenitores deben participar siempre y en todo momento en la vida del menor y no sólo en el ocio porque de otra manera los padres son tan solo una figura temporal en la vida del niño». Los jueces asturianos defensores de esta medida aseguran que en todo momento buscan «lo que es mejor para el menor».

La legislación actual en materia de familia recoge que para que un tribunal de justicia acepte la figura de la custodia compartida el Ministerio Fiscal tiene que mostrar su conformidad. En este sentido, la máxima representante del Ministerio Público en la ciudad, Rosa Álvarez, asegura que la custodia compartida es una buena figura pero establece también sus propios matices: «A veces la aplicación de esta figura legislativa puede ser problemática sobre todo en el plano económica. Si hablamos de una familia que tiene amplios recursos económicos creo que no habría ningún problema porque los progenitores podrían mantener tres casas; pero si el dinero escasea la custodia compartida es más difícil». Para la fiscal gijonesa el traslado de los padres al domicilio familiar para ejercer su obligación de cuidar a su hijo también puede suponer problemas: «Cuando una de las dos partes implicadas en la educación del menor tenga otra pareja, esa nueva situación va a ser difícilmente compaginable con la anterior, porque es difícil presentar a esa nueva persona a tus hijos en el domicilio en el que viven los menores».

Los abogados matrimonialistas de Gijón se muestran divididos en cuanto a sus opiniones. Lo que parece que tienen claro los letrados de la ciudad es que «hay que examinar muy bien casa caso porque cada familia tiene sus problemas». Para la abogada Edelmira Nistal Rubio, «la custodia compartida puede llegar a funcionar pero los progenitores tienen que ser muy maduros en su comportamiento para que esta nueva relación funcione».

Por su parte, Ana María González, representante de la Asociación de Mujeres Víctimas de Abusos de Asturias, asegura que «decida lo que decida el juez siempre debe hacerlo pensando lo que es mejor para el menor de edad y muchas veces esto no es lo más rentable económicamente ni lo que más conviene a los divorciados. Al fin y al cabo el menor es el más perjudicado por la separación». Para esta letrada gijonesa la custodia compartida «debe ser siempre una excepción»: «antes de aplicarla tenemos que informar muy bien a las partes de lo que están aceptando y de lo que significa la aplicación de una figura legislativa como ésta».