M. CASTRO / J. JUNQUERA

El pleno de la Cámara de Comercio de Gijón aprobará este jueves la cesión al Ayuntamiento de los álbumes del fotógrafo republicano Constantino Suárez que la entidad cameral adquirió hace más de dos décadas, cuando aún gestionaba la hemeroteca de Gijón.

Se trata de tres álbumes con unas 2.000 fotografías de deportes, vida de Gijón y fotografías familiares de Constantino Suárez, además de otros dos álbumes con dibujos realizados por el fotógrafo entre 1937 y 1938, durante su encarcelamiento por parte de los franquistas en la Guerra Civil, además de un quinto álbum con recortes de prensa.

Estos álbumes completarán el archivo fotográfico de Constantino Suárez que adquirió el Museo del Pueblo de Asturias en 1993, una década después de que falleciera el fotógrafo republicano. Los dossieres ya habían sido cedidos temporalmente a la Fundación de Cultura hace unos años, con motivo de una exposición y la confección de un libro sobre el fotógrafo. Ahora pasarán a depositarse de manera definitiva en el Pueblo de Asturias, tras las gestiones realizadas por el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Justo Vilabrille, ante el presidente de la Cámara de Comercio, Luis Arias de Velasco.

Aunque el Ayuntamiento ya había solicitado hace varios años la cesión de este material fotográfico, el detonante para que ahora haya aceptado la Cámara es la consulta del material que han realizado la profesora sueca Maria Nilsson y su marido, John Kimmich, profesores de Imagen en la universidad de Iowa (EE UU), que están realizando un estudio sobre el fotoperiodismo de la Guerra Civil española. El verano pasado la pareja repasó el archivo de Constantino Suárez en el Pueblo de Asturias. Este año tuvieron que buscar en la Cámara los álbumes del fotógrafo, que permanecían almacenados en las mismas bolsas en las que hace años los devolvió la Fundación Municipal de Cultura a la institución cameral.

Los álbumes quedaron en posesión de la Cámara cuando ésta traspasó al Ayuntamiento la gestión de la hemeroteca. Los había adquirido la hemeroteca a un trapero en la época en que la gestionaba Patricio Adúriz, con la autorización del entonces secretario cameral, Pedro García Rendueles.