R. GARCÍA

No va a presentar denuncia y sólo quiere que se olvide este negro episodio. El joven gijonés de 24 años que el miércoles fue apuñalado por su ex novia en un piso de El Llano se restablece en el hospital de Cabueñes de las graves heridas que sufrió en la espalda. Desde la cama del centro sanitario repasaba ayer las causas de una agresión a la que él intenta quitar gravedad y que atribuye, exclusivamente, a un arrebato de locura de su ex pareja. «Bastante tiene ella con lo que hizo; a mi en el fondo me da pena. No pienso poner denuncia», declaraba ayer.

Su relato de lo sucedido arranca unas horas antes de la agresión, cuando realizó una llamada telefónica a su ex novia, con la que tuvo una relación sentimental durante seis años. «La llamé y la noté rara, con la voz pastosa, así que decidí ir hasta su casa a ver qué le pasaba», explica el herido, que sabía de algunos problemas personales que arrastraba la joven. Se desplazó hasta su casa, en la calle del Siglo XX, y al llegar al domicilio confirmó que la chica no se encontraba bien, ya que había ingerido varias pastillas. «Entonces cogí las que quedaban y me dirigí al baño para tirarlas por el retrete», relata el joven. Fue entonces cuando su ex pareja, una estudiante de Derecho de 21 años, le agredió. «Se le fue la olla; cogió un cuchillo de la cocina, vino detrás de mí y me lo clavó en la espalda. Luego lo sacó y creo que lo tiró». La puñalada estuvo a punto de afectar a varios órganos vitales del joven pero, «afortunadamente», todo quedó en un susto: «Estaba perdiendo mucha sangre y piqué a varios vecinos, pero no me quisieron ayudar. Finalmente, bajé al bar Ribagorza y allí pedí auxilio», recuerda.

Hasta el lugar de los hechos se desplazaron entonces varias ambulancias y dos patrullas del Cuerpo Nacional de Policía. En ese momento el joven herido no quiso delatar a la que había sido su pareja. De hecho, en un primer momento los protagonistas de la historia aseguraron a la Policía que las heridas las había provocado una tercera persona. «El chico aportó versiones muy poco precisas», según los portavoces de la Comisaría, «la inspección de la zona y del domicilio pusieron de manifiesto sus contradicciones». A la ahora acusada -que tuvo que ser trasladada también al Hospital de Cabueñes para ser atendida- no le quedó más remedio que decir la verdad de lo que había sucedido. Está previsto que hoy declare ante el juez de instrucción, ya que pese a la protección de su ex novio, la fiscalía podría abrir contra ella diligencias de oficio.