R. G.

El que fuera presidente de la Asociación de Vecinos «La Cruz» de Ceares, Rufino Gallegos, asegura que durante algún tiempo en el barrio era sabido que «había algunas personas sin hogar que se colaban en el cementerio y que dormían allí». Una práctica que, por más repelús que produzca a algunos, también se vivió en el camposanto de Jove hace varios años, como recuerdan algunos. A pesar de todo Gallegos asegura que «desde que el Ayuntamiento de Gijón se hizo cargo de los cementerios ya no pasa esto porque los recintos están más vigilados. Pero, claro, lo que no se puede es controlar todo al milímetro, no hay que olvidar que los cementerios son muy grandes y vigilarlo todo a la vez, siendo tarea de una sola persona, es complicado», concluye este vecino. «Nosotros no tenemos constancia de que pasen cosas raras durante las noches», asegura por su parte Loli González, miembro de la actual junta directiva de «La Cruz» de Ceares: «Normalmente pasa por aquí la Policía Local y las patrullas vigilan la zona de vez en cuando para que tampoco pase nada; está todo muy controlado y, por tanto, esto tiene que haber sido un caso muy aislado».