R. GARCÍA

El Juzgado de instrucción que se encarga de investigar el fallecimiento de un gijonés que apareció muerto en un nicho del cementerio de Ceares se encuentra estos días a la espera de recibir el informe toxicológico del cadáver. La prueba fue solicitada al equipo forense por el magistrado que lleva el caso, y con dicha prueba podría darse por cerrada la investigación. Portavoces autorizados de la Comisaría de Gijón aseguraron ayer que, por el momento, el Juzgado «no ha solicitado ninguna diligencia más», por lo que todo parece apuntar a que el gijonés falleció por causas naturales sin que en su fallecimiento intervinieran segundas personas.

El suceso que ahora se estudia tuvo lugar hace varios días. Los trabajadores del cementerio de Ceares localizaron entonces, con enorme sorpresa, el cadáver de un gijonés en el interior de un nicho sin lápida del camposanto, donde supuestamente habría entrado para guarecerse. La familia del difunto, que ha pedido al Ayuntamiento máxima discreción en torno a lo sucedido, había denunciado la desaparición del ahora fallecido varios días antes del fatal desenlace. Los agentes de la Brigada Científica del Cuerpo Nacional de Policía iniciaron una investigación en cuanto descubrieron el cadáver dentro del nicho. En principio, según las primeras conclusiones, el hombre se habría introducido en el habitáculo por propia voluntad y habría fallecido en el interior.

El gerente de la empresa municipal Cementerios de Gijón (Cegisa), Romualdo Trancho, asegura que el camposanto de Ceares «está permanentemente vigilado», pero a pesar de ello «no se puede evitar del todo que alguien se cuele en un sitio tan grande».