M. CASTRO

Los administradores concursales (antiguamente denominados síndicos) de Factorías Juliana han emitido un informe favorable a la propuesta de convenio de acreedores que ha presentado el administrador único del astillero gijonés, su empresa matriz Factorías Vulcano. Los síndicos han expresado, no obstante, varias reservas, entre las que destacan sus dudas respecto a la viabilidad de Factorías Vulcano tras la absorción de su filial gijonesa. También piden que Vulcano comprometa su patrimonio, como garantía de pagos pendientes, antes de que se vote el convenio de acreedores, el próximo 8 de octubre.

Juliana entró en concurso de acreedores en mayo del año pasado, tras acumular una deuda de 60,07 millones de euros, que se incrementará previsiblemente en otros 41,1 al haber entrado en plazo de cancelación el último barco que tiene en propiedad, el sísmico 535. Este barco fue trasladado al astillero de Vigo poco antes de la declaración de bancarrota por Juliana.

El convenio de acreedores ahora propuesto considera una quita del 79% de la deuda para los acreedores ordinarios y la fusión de Vulcano con Juliana, desapareciendo esta última como sociedad mercantil. Si sale adelante la propuesta, el futuro del astillero gallego no afectará al mantenimiento de la construcción naval en la bahía gijonesa, ya que el plan pasa por la venta de los terrenos y las instalaciones fabriles de El Natahoyo al grupo asturiano Armón, que reanudaría la construcción de barcos en Gijón.

Para quienes sí tiene una mayor relevancia la viabilidad de Vulcano sería para los acreedores de Factorías Juliana, dado que sería el astillero gallego el encargado de pagar la deuda tras la fusión. Buena parte de esos acreedores son empresas auxiliares asturianas o con centros de trabajo permanente en la región.

Los administradores concursales señalan que «como consecuencia de la fusión proyectada, quien va a asumir la obligación del cumplimiento del convenio va a ser Factorías Vulcano, que ha presentado un plan de viabilidad basado exclusivamente en «sus expectativas de negocio y pago futuras».

Vulcano liga el cumplimiento del convenio de acreedores (el pago de las deudas tras la quita correspondiente) «a la consecución por parte de Factorías Vulcano del "cash flow" (ingresos) suficiente para el desarrollo de su actividad para atender los requerimientos financieros» del astillero, incluyendo los pagos a los acreedores de Juliana.

El plan de viabilidad del astillero fusionado gira en torno a los cuatro barcos que tiene en cartera (tres de ellos construidos parcialmente en Gijón) y a la posible contratación de otros ocho buques sísmicos que aportarían carga de trabajo al astillero vigués en los próximos ocho años. Según esas cábalas, Vulcano podría ingresar 1.196 millones de euros en esos ocho años con unas ventas (de buques) «que en su mayoría ni siquiera están contratadas a la fecha actual», señalan los administradores concursales. Los pagos en ese período serían de 1.199 millones de euros. Los administradores concursales apuntan que una desviación del orden del 3% de esa previsión de pagos «implicaría cifras que superan el total de pago de créditos a la concursada».

Los administradores concursales también advierten de la incertidumbre que supone el pleito entre los socios de Vulcano por la mayoría accionarial de Factorías Juliana.