C. J.

Una infraestructura singular para impulsar las energías renovables de origen marino. Ése es el objetivo de la estación experimental «off shore» (terminología empleada para las infraestructuras en alta mar) que la Universidad de Oviedo planea instalar frente a las costas cantábricas en el marco del «cluster» de energía, medio ambiente y cambio climático, incluido en la iniciativa «Ad futurum», que permitió a la institución académica alzarse con el sello de Campus de Excelencia Internacional a finales de 2009. Es precisamente por ese carácter singular y por el hecho de que todavía se estén realizando estudios sobre la idoneidad de la localización que la Universidad baraja tres modelos diferentes de instalación: por un lado, como plataforma flotante; por otro, anclada al fondo marino, y una tercera opción que apunta a la posibilidad de que se convierta en plataforma móvil, como si se tratara de un barco, para hacer diferentes prospecciones in situ.

Además del planteamiento inicial del aprovechamiento de la energía eólica marina, el proyecto también considera acciones de impulso de la investigación colaborativa (pública y privada) en torno a grupos de investigación multidisciplinares ligados al campo de la energía y medio ambiente, pero también proyectos de I+D+i relacionados con la generación, el almacenamiento y el transporte de energías renovables de origen marino y mediciones en el medio marino relacionadas con el cambio climático. Asimismo, se desarrollarán proyectos en otras temáticas como acuicultura, telecomunicaciones o mantenimiento preventivo y seguridad, según explicaba en fechas recientes el gerente del «cluster» universitario, Enrique Jáimez.

La colaboración del sector empresarial con la Universidad y la Administración, y el desarrollo de una formación de calidad (con títulos de grado, máster y doctorado) es uno de los objetivos de este «cluster». Paralelamente, el desarrollo de la energía eólica marina, la iniciativa «estrella» de esta agrupación estratégica o «cluster», cuenta con numerosos proyectos de investigación por parte de empresas nacionales, apoyados en su mayoría por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación. A algunos de esos fondos optará la Universidad asturiana, al tiempo que trata de integrarse en alguno de los consorcios europeos ligados a este mismo ámbito de investigación. ¿El objetivo? Buscar sinergias y sentar las bases para la creación de las agrupaciones estratégicas de grupos de investigación (AEGI) en torno a los tres ejes del «cluster»: energía, medio ambiente y cambio climático. Para ello se ha realizado un estudio de las necesidades, intereses y proyectos de los equipos y grupos de investigación de la Universidad de Oviedo así como de las entidades adscritas al «cluster», entre las que se incluyen empresas, organismos públicos de investigación y centros, parques e incubadoras tecnológicas 1.313

El plan de desarrollo del futuro laboratorio marino consta de tres fases: una primera, ya en marcha, en la que se dotarán de equipamiento los laboratorios auxiliares en tierra. En ellos se realizaran los ensayos necesarios, sobre prototipos, para el posterior escalado de las piezas al entorno marítimo pero también para realizar pruebas de resistencia. Es el caso del laboratorio de electrónica de alta potencia que se instalará en el edificio de servicios científico técnicos del campus gijonés y que servirá para realizar ensayos de descargas de rayos en una tormenta para evaluar cómo los materiales que se van a poner en la estructura marina resisten impactos de ese tipo. La segunda fase, más de desarrollo, comprende los procesos de diseño, ingeniería de detalle, construcción y montaje de las infraestructuras asociadas a la instalación y, en la tercera, una vez construidas todas las infraestructuras, se continuará con el desarrollo del programa de investigación ligado al «cluster» en el entorno marino.

El «cluster» de Energía cuenta con el apoyo y la implicación de cerca de medio centenar de empresas, relacionadas en su mayor parte con el sector de la energía, la ingeniería y las nuevas tecnologías, según los datos de la Universidad. En este proyecto tienen cabida desde grandes empresas cotizadas en bolsa y multinacionales a «spin-off», pequeñas firmas ligadas a grupos de investigación que han dado sus primeros pasos en el seno de la institución docente.

La organización Oceana ha puesto de manifiesto su decidido apoyo al proyecto para lograr «que en España se dé un impulso a las fuentes de energía de origen marino con el principal objetivo de fomentar un modelo de consumo y generación de energía compatible con la lucha frente al cambio climático».