F. G.

No hay arena de calidad idéntica a la de la playa de San Lorenzo en las aguas competenciales del puerto de Gijón, según reveló ayer la Autoridad Portuaria, que decidió dar por fin su versión de una polémica que, sobre los acopios para la regeneración del principal arenal gijonés, se discutirá hoy en un Pleno municipal de carácter extraordinario que se prevé «caliente».

El Puerto y la Dirección General de Costas deberán buscar ahora un nuevo yacimiento «fuera de la zona de servicio» de El Musel para dar cumplimiento al mandato de la declaración de impacto ambiental de las obras de ampliación del superpuerto. Si es que esa arena existe, pues todos los estudios realizados hasta ahora confirman la dificultad de hallar arena idéntica a la de la playa emblema de esta ciudad.

Se escribe así el penúltimo capítulo de un embrollo que se remonta a seis años atrás. Las tareas para encontrar dentro de la zona de aguas portuarias yacimientos idóneos para su utilización tanto para las obras de ampliación del puerto como para la regeneración de la playa de San Lorenzo se remontan a mediados de 2004, meses después de que en enero de ese mismo año la declaración de impacto ambiental de la ampliación de El Musel estableciera la aportación de arena a la principal playa de la ciudad «como medida correctora para compensar el basculamiento del arenal».

Esas primeras campañas sirvieron para delimitar los bancos que por las características de su arena podrían destinarse a los aportes previstos en San Lorenzo. De los seis bancos señalados, cuatro fueron descartados tras los iniciales análisis. Localizados los yacimientos, la Autoridad Portuaria tramitó en 2005 la declaración de evaluación ambiental del proyecto de dragado, con el fin de obtener 20 millones de metros cúbicos de arena para relleno y 200.000 para la regeneración de la playa.

Antes, en 2004, se había solicitado al Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria un estudio para la regeneración de San Lorenzo, que sirvió de base para redactar, en septiembre de ese mismo año, el proyecto de la actuación, a cargo de la empresa Sener, con la aprobación de la Dirección General de Costas, que comparte con el Puerto la dirección de las obras. «Dicho estudio preveía», según informó ayer el Puerto, «la aportación de 200.000 metros cúbicos de arena, de una zona delimitada dentro del denominado "banco C", considerado como el más idóneo por el Instituto de Hidráulica Ambiental».

En marzo de 2009 comenzó la obtención de muestras para determinar la idoneidad de esas arenas, que fueron también rechazadas, por su color grisáceo y «por contener un porcentaje de finos superior a lo recomendable», según fuentes portuarias. A la vista de este contratiempo, dos meses después se inició una nueva campaña en el único banco que quedaba por estudiar, en el que se suponía una composición mineralógica, de color y granulometría lo más similar posible a la de la playa. «Se realizaron extracciones mediante cucharas «van-veen» y «vibrocores», con testigos de 1-2 metros de profundidad en fondos de hasta 45 metros, medios que conforman la práctica habitual para este tipo de estudios, llevados a cabo por una empresa especializada y en número suficiente para considerarlos representativos», insiste la Autoridad Portuaria. La arena de este banco es la que aparece aún hoy apilada en El Musel, pendiente de destino.

Los análisis confirmaron que la arena de la zona suroeste de este banco cumplía los condicionantes mineralógicos y de color y presentaba una granulometría sólo ligeramente superior (0,4 milímetros frente a 0,30) a la arena nativa de San Lorenzo. Costas dio su conformidad y se encargó un nuevo estudio al Instituto de Hidráulica Ambiental, el cual recomendó una propuesta de vertido de 110.000 metros cúbicos. El informe fue comunicado tanto a Costas como al Ayuntamiento de Gijón, entidades que en todo momento han estado al tanto de los movimientos realizados por el Puerto. El nuevo proyecto de regeneración de San Lorenzo se encargó a Iberinsa en julio de este año.

El dragado y el acopio en el muelle norte de las arenas extraídas se realizaron en agosto, una operación que duró apenas dos días. Los aportes a la playa se iban a realizar al finalizar la temporada de baños, cargando de nuevo las arenas en una draga para verterlas por tubería a la playa.

Un nuevo análisis de las arenas ya acopiadas reveló que, aunque el volumen disponible, la mineralogía y el color eran adecuados, la granulometría (0,53 milímetros) era superior a la de las muestras extraídas tres meses antes, en mayo.

«Esta nueva circunstancia», señala la Autoridad Portuaria, «fue de forma inmediata trasladada a la Demarcación de Costas, que sugirió requerir al Instituto de Hidráulica Ambiental la elaboración de un informe donde se estableciesen las implicaciones que el aumento del tamaño medio del grano podría tener sobre la morfodinámica de la playa».

Los expertos de la Universidad de Cantabria determinaron, en informe remitido al Puerto el pasado septiembre, que la utilización de esas arenas «modificará notablemente el comportamiento morfodinámico de la playa de San Lorenzo, pasando de una playa con taludes tendidos, como es hoy en día, a una playa con una pendiente elevada». Tras consultar a la Demarcación de Costas y al Ayuntamiento se decidió que el uso de esas arenas no era apto para el principal arenal gijonés.

La Autoridad Portuaria subrayó ayer que la arena extraída, descartada para la regeneración de San Lorenzo, «no supondrá sobrecoste alguno para el Puerto», ya que podrá ser utilizada por la Demarcación de Costas para otras playas, y habrá de pagarla, o se utilizará como material de relleno para las obras de ampliación, «a los precios establecidos en el proyecto».