Á. C.

«Timos clásicos, como el de vender un número de la lotería premiado porque el agraciado no puede cobrarlo, siguen vigentes porque la gente todavía cree que algo así es posible. Cuando nos encontremos ante un hecho tan insólito y que nos sonríe por casualidad empiecen a sospechar», explica Francisco Javier Lozano. Para el inspector policial, los causantes de que este tipo de engaños terminen produciéndose suelen ser «personas maduras, que se acercan de manera muy amable y siempre están bien vestidas. Aunque parezcan de toda confianza, esos son los mayores timadores».

Con cuidado también tienen que actuar todos aquellos acostumbrados a «empezar a contar al lado de ventanilla el fajo de billetes que acabamos de sacar en el banco. Cuando se trate de una gran cantidad de dinero, lo más aconsejable es dividirlo en dos partes. Hay que pedir en ventanilla que nos metan en un sobre 50 o 100 euros. El resto de los billetes deben colocarse dentro de la propia cartilla, protegidos con el plástico que la envuelve en otro bolsillo. De esta forma, si al salir de la entidad bancaria nos asaltan, podemos entregar el citado sobre y mantener a salvo el resto del dinero», aconseja Óscar Fernández, quien cree que la actitud también es clave en estas situaciones: «Hay que caminar siempre con la cabeza alta, seguros de nosotros mismos. De lo contrario, delatamos nuestros miedos».