Actriz y productora teatral

Luján PALACIOS

Marina Bollaín (Madrid, 1967) acaba de estrenar en Feten la obra «La gallina submarina». En ella canta y actúa, y despliega toda su imaginación para con los niños. Es licenciada en Dirección Escénica de Ópera, licenciada en canto por la Hochschule für Musik «Hanns Eisner» de Berlín y licenciada en Germanística por la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado como directora de escena y producción, y como actriz de cine logró el premio a la mejor actriz en el Festival de Cine de Gijón en 1992. Además, es la hermana gemela de la directora de cine Icíar Bollaín, con la que «me confunden casi siempre» y con la que comparte su pasión por el arte.

-Puede decirse que su familia es una familia de artistas.

-Como comparto tantos genes con Icíar, también parece que compartimos gustos, aunque yo estoy más especializada en la música y el teatro.

-¿Comparten impresiones sobre sus proyectos?

-Sí, hablamos mucho y comentamos nuestras ideas a un nivel informal. Ella conoce mis montajes y también me consulta sobre los suyos. A cada una nos importa mucho lo que piense la otra.

-Supongo que las confunden.

-Muy a menudo, a la gente le llama mucho la atención cuando me conoce, y muchas veces se quedan desconcertados creyendo que soy Icíar.

-Acaban de estrenar en Gijón. ¿Cómo ha sido la acogida?

-Ha sido estupenda, estamos muy contentos. Ha habido mucho público, muy simpático y muy participativo. Además Feten es una feria de muchísimo prestigio; cuando les decía a los compañeros en Madrid que venía a Gijón, me daban la enhorabuena.

-¿De dónde sale la inspiración para crear estas obras infantiles?

-En su mayor parte de mi propia experiencia personal. Tengo dos hijas pequeñas y cada noche les inventaba un cuento con la gallina. De ahí surgió la idea de hacer un cuento musical infantil, comenzamos con este proyecto para ver cómo funcionaba el formato y por el momento parece que marcha bien. Mis hijas, además, están encantadas.

-¿Es muy exigente el público infantil?

-Mucho. El público adulto es más educado. Los niños, si el montaje no les gusta o se aburren, directamente te interrumpen, se ponen a enredar o se levantan y se van; tienen reacciones impredecibles.

-¿Alguna vez le ha pasado?

-Por ahora no (risas). Procuro darles mucha participación para que se involucren, dialogando con ellos, introduciendo una parte musical para que, aunque los más pequeños pierdan el hilo en un momento dado, lo recuperen gracias a los sonidos. También utilizamos proyecciones y sombrillas, que les llaman mucho la atención, y cantamos canciones de siempre, que ayuda a que los papás participen.

-¿Qué otros proyectos tiene en mente?

-Por ahora estoy inmersa, junto con mi amigo y compañero Pablo, en las representaciones de «La gallina submarina», que durarán un año o dos. Además estoy preparando una adaptación teatral de una novela para público adulto.