A. RUBIERA

Asturias se consolida como la comunidad española que tiene los mejores índices de éxito escolar de todo el territorio nacional. Así lo indicó ayer en Gijón el secretario de Estado de Educación y FP, Mario Bedera Bravo, minutos antes de participar en el primer congreso estatal sobre «Escuela en el medio rural», que hoy se clausura en la Feria. «Esta comunidad está haciendo las cosas muy bien. Se puede decir que está a la altura de los mejores de la OCDE, al nivel de cualquier país nórdico, y los asturianos deben saberlo».

Bedera aludía así a los últimos datos recabados sobre las tasas de fracaso escolar en España y las mejoras producidas en los últimos dos años. Según los datos ministeriales, España ha logrado reducir casi 5 puntos su fracaso escolar, que se sitúa ahora en una media del 26%. La mejoría de Asturias está próxima a los 6 puntos y se sitúa en el 10,6% «con lo que cumpliría, ya ahora mismo, los objetivos educativos que se ha marcado España, y toda Europa, para el año 2020», apuntó Bedera. Pese a ese salto de calidad, el secretario de Estado de Educación reconoció lo inasumible de «ese verdadero agujero negro» que supone el fracaso escolar en algunas comunidades españolas, con cifras que superan el 30% de alumnos que abandona el sistema educativo sin acabar la ESO. «No podemos estar satisfechos, pero también hay que decir que hemos hecho en 10-15 años lo que nuestros socios europeos han logrado en un siglo. Finlandia tenía en 1900 un 5% de población analfabeta. En España, en 1978, la tasa de analfabetismo o de personas que ni siquiera tenían la Primaria era del 25%. Y más de la mitad del 75% restante sólo tenían el nivel de Primaria. Ése es nuestro punto de partida», reconoció el secretario de Estado.

Además de la mejora en los niveles de promoción de alumnos de la ESO, para el Ministerio de Educación hay otros puntos que deben fortalecerse en la educación española: «Más implicación de los padres, cambiar el sistema de acceso del profesorado y la carrera docente del profesor...», enumeró. El secretario de Estado también alertó de una necesidad derivada de la situación económica actual: la de repescar para el sistema educativo a 390.000 jóvenes, menores de 30 años, desempleados de la construcción y que no tienen ninguna cualificación.